La Desaparición de un Niño: El Dolor de una Madre Venezolana

La historia de Stephanie Kisselbach, una madre venezolana radicada en Florida, es un testimonio desgarrador que refleja la difícil realidad de muchas familias afectadas por la sustracción de menores. Desde hace más de un año, su hijo de cinco años, Kevin Alexander Blanco Kieselbach, no ha vuelto a su hogar tras un viaje a Medellín, Colombia, con su padre, Kevin Eduardo Blanco Uribe. Lo que debía ser unas vacaciones breves se ha transformado en una pesadilla para Stephanie, quien ha luchado incansablemente por la restitución de su hijo.

El drama comenzó cuando el exmarido de Stephanie, con un pasado empresarial en Venezuela, llevó a su hijo a Colombia sin la autorización de la madre. Sin embargo, en lugar de regresar, el niño terminó en Venezuela, donde su situación se hizo aún más compleja. A pesar de las órdenes de restitución emitidas en ambos países, el padre sigue evadiendo la justicia. "No sé dónde está. Puede estar en Venezuela, puede estar en fronteras", expresa la angustiada madre.

El proceso de divorcio entre Stephanie y su exmarido estuvo marcado por episodios de violencia doméstica, un factor que complicó aún más la custodia de su hijo. A pesar de contar con una orden de restricción contra Blanco Uribe, un acuerdo final estableció una custodia compartida que terminó favoreciendo al padre. Stephanie menciona que "cada vez que intentaba irme de la casa, él se volvía agresivo". Esta lamentable situación puso de manifiesto la necesidad de un sistema judicial más efectivo y sensible ante estos casos.

En un giro inesperado de los acontecimientos, el padre acusó a Stephanie de maltrato infantil, intentando quedarse con la custodia total de su hijo. A pesar de las acusaciones, la madre logró presentar pruebas de que su hijo estaba bien cuidado y no había señales de abuso, gracias a cartas de su pediatra y de la escuela. Un tribunal local en Venezuela otorgó la custodia provisional a Stephanie y ella activó el Convenio de La Haya, un tratado internacional diseñado para proteger a los menores de la sustracción parental.

Recientemente, la situación dio un giro esperanzador cuando, en agosto de 2024, una corte venezolana ordenó la restitución inmediata del niño a su madre en Estados Unidos. Esta orden fue ratificada por el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela en marzo de 2025. Sin embargo, el camino hacia la reunificación familiar sigue lleno de obstáculos, ya que el padre continúa con su paradero desconocido y enfrenta una orden de aprehensión.

La desesperación de Stephanie ha llevado a que el rostro de su hijo esté ahora en el registro nacional de niños desaparecidos y explotados en Estados Unidos. Las autoridades están pidiendo a la comunidad que colabore, instando a cualquier persona con información a comunicarse con el Centro Nacional para Niños Desaparecidos al 1-800-843-5678. La lucha de Stephanie no es solo por su hijo, sino también un llamado a la acción para todos aquellos que se ven inmersos en situaciones de sustracción parental. Su historia subraya la importancia de la protección infantil y la urgencia de un sistema judicial que actúe con rapidez y eficacia.

En este lamentable caso, los derechos de los niños y la seguridad de las familias deben prevalecer por encima de cualquier interés personal. La historia de Stephanie debería servir como un recordatorio del amor incondicional de una madre y la urgencia de abordar y resolver la sustracción internacional de menores, garantizando así que historias como la suya no se repitan.

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