Presupuesto Nacional de Venezuela 2025: Un Análisis Crítico
La situación económica de Venezuela sigue siendo un tema de preocupación, especialmente en lo relacionado con su presupuesto nacional. La vicepresidenta Delcy Rodríguez presentó el proyecto de ley de presupuesto para 2025 ante la Asamblea Nacional el 3 de diciembre de 2024, pero detrás de esta cifra se esconde una realidad muy diferente. Desde 2016, el país no ha publicado su presupuesto, lo que representa una violación a la Constitución y principios de transparencia, según el análisis de Transparencia Venezuela. Esto genera inquietud entre la población, que busca claridad sobre cómo se manejan sus recursos.
Proyecciones y Realidades del Presupuesto 2025
El presupuesto nacional de Venezuela para 2025 fue presentado como un monto de 906.459.117.540 bolívares, lo que equivale a aproximadamente 22.661 millones de dólares según el tipo de cambio de 40 bolívares por dólar. En contraste, si se toma en cuenta el tipo de cambio oficial al 3 de diciembre de 2024, el total se reduce a 18.995 millones de dólares. Esto augura un descenso del 16,1% en términos reales comparado con el presupuesto de 2024, evidenciando que los recursos disponibles son cada vez más limitados. A pesar de la retórica del gobierno, la realidad es que la situación económica no ha mejorado para la población.
Ingresos y Estrategias de Endeudamiento
El presupuesto de 2025 se sostiene en su mayor parte de ingresos corrientes (83,23%) y un 16,77% de endeudamiento. Sin embargo, es alarmante que el 59,84% de los ingresos corrientes son considerados extraordinarios, incluidos ingresos petroleros que no deberían ser clasificados así. Esta clasificación irregular impacta negativamente en los recursos destinados a gobiernos regionales y municipales, afectando la distribución de la riqueza a nivel nacional. Además, la proyección de recaudación tributaria sugiere un descenso significativo, lo que pone en riesgo aún más la capacidad del gobierno para responder a las necesidades de la ciudadanía.
Impacto de la Carga Fiscal en la Sociedad
El presupuesto de 2025 revela una carga fiscal regresiva que perjudica principalmente a los sectores más vulnerables de la población. Casi el 75% de los ingresos tributarios proviene de impuestos que perjudican desproporcionadamente a aquellos con ingresos bajos. Esto ha generado que la inequidad social se ahonde aún más en este contexto. A pesar de que se esperaría una progresividad en la carga fiscal, la falta de actualización en las normativas ha hecho que incluso las personas en situaciones económicas desfavorables lleven el peso del sistema tributario.
Falta de Transparencia en la Deuda Pública
La deuda pública de Venezuela sigue creciendo y se presenta como un enigma debido a la falta de claridad sobre sus acreedores y los términos de pago. Para 2025, se prevé que el 52,92% de los recursos se destinen al pago de esta deuda, aunque no se especifica a quién se paga. Esta falta de transparencia es preocupante, no solo por la magnitud de la deuda, sino porque no se están financiando nuevos proyectos de inversión gracias a estos recursos. La mayoría de los recursos se han destinado a proyectos previos que están paralizados, lo que sugiere una gestión ineficiente y derrochadora.
Revisión de Gastos Sociales y Servicios Básicos
El análisis del presupuesto también revela recortes significativos en áreas cruciales como la salud y educación. En 2025, solo se asigna el 4,24% del presupuesto a salud, lo que representa una disminución del 28,03% respecto al año anterior. Esto repercute en la falta de insumos y personal en el área de salud pública. De manera similar, el 12,78% del presupuesto para educación refleja un decrecimiento del 16,58%, lo que impacta la calidad educativa y genera una alta deserción escolar. Problemas crónicos de escasez y mala gestión de servicios básicos como agua y electricidad continúan afectando a la población, lo que pone en duda la mejora de las condiciones de vida.
Conclusiones
El presupuesto nacional de Venezuela para 2025, aunque aprobado, muestra una serie de inconsistencias en su ejecución y planeación. La falta de transparencia, la regresividad fiscal, el aumento de la deuda y los recortes en sectores esenciales son señales de una economía en crisis. La población requiere un presupuesto que no solo sea un documento formal, sino una garantía de que sus necesidades serán atendidas y que los recursos se utilizarán de forma efectiva. Sin un cambio radical en la gestión, la situación económica de Venezuela probablemente seguirá empeorando. La comunidad necesita exigir responsabilidad y claridad al gobierno para poder construir un futuro más sólido y equitativo.