El colapso del Jet Set en Santo Domingo: una tragedia que no debe ser olvidada

El 8 de abril, el merenguero dominicano Rubby Pérez perdió la vida a los 69 años debido al colapso del techo de la discoteca Jet Set, un trágico incidente que dejó un saldo devastador de 236 muertes y más de 180 heridos. Este evento ha llevado a sus hijas, Casiey Aileen Pérez Lebrón y Ana Beatriz Pérez Reynoso, a presentar una querella contra los propietarios y socios del local, acusados de homicidio involuntario y negligencia. Esta acción legal no solo busca justicia, sino que también pone en evidencia las fallas en la responsabilidad del Estado para garantizar la seguridad en espacios públicos de entretenimiento.

Una denuncia que trasciende el dolor personal

Las hijas de Rubby Pérez explicaron que su decisión de iniciar el proceso judicial no proviene del rencor, sino de un profundo duelo y la necesidad de que la sociedad reconozca sus fallas. En un emotivo comunicado, dejaron claro que este proceso es un "acto de memoria". Ellas buscan que el caso no sea solo una estadística más en las crónicas diarias, sino una oportunidad para corregir errores y prevenir futuras tragedias. Con el apoyo de familiares y un equipo legal, esperan que las víctimas no sean olvidadas y que se responsabilice a quienes tienen un papel en este desastre.

Homenaje a un ícono del merengue

El legado de Rubby Pérez no se limita a su vida; su música resonará eternamente en el corazón de sus seguidores. Un homenaje está programado para el 11 de julio en el Teatro Nacional, recordando su impacto en la industria musical dominicana. Conocido por éxitos como “El africano” y “Volveré”, la herencia artística de Rubby no debe opacarse por la tragedia de su fallecimiento. Es imperativo que su memoria viva, y el homenaje será un momento significativo para rendir tributo a su invaluable contribución al merengue.

Negligencia y responsabilidad estructural

El Ministerio Público ha llevado a cabo una investigación que sugiere que el Jet Set operó con una grave negligencia estructural durante años, poniendo en riesgo tanto a clientes como empleados. Se han presentado pruebas de que los propietarios realizaron remodelaciones sin contar con los permisos necesarios, lo que arroja luz sobre la falta de regulación en lugares de entretenimiento. La acusación también sostiene que la sobrecarga del techo con elementos pesados exacerbaría el riesgo estructural, alimentando aún más la indignación por esta tragedia evitable.

Justicia y verdad ante la tragedia

El proceso judicial en curso representa una búsqueda de verdad y justicia no solo para las hijas de Rubby Pérez, sino para todos los afectados por esta tragedia. La Fiscalía ha solicitado medidas cautelares contra los responsables del club, evidenciando la seriedad del caso. En este contexto, más allá de la pena y la indignación, se necesita un cambio estructural en cómo se manejan los espacios de entretenimiento en el país. La comunidad clama por que este caso sea un punto de inflexión en la regulación y el mantenimiento de la seguridad en lugares públicos.

La lección que ha dejado el Jet Set

El derrumbe del Jet Set ha dejado una huella indeleble en la sociedad dominicana, recordando a todos la importancia de la seguridad en espacios de recreación. Esta tragedia nos invita a reflexionar sobre la responsabilidad compartida entre empresarios y autoridades en la protección de vidas. No debe haber una segunda oportunidad para que la negligencia cueste vidas humanas. Ahora, más que nunca, es crucial que las leyes se apliquen y que cada establecimiento garantice la seguridad de sus clientes. La memoria de Rubby Pérez y de las 235 víctimas debe servir como un poderoso recordatorio de que la vida siempre debe ser prioritaria.

Compartir.
Deja una respuesta

Exit mobile version