El Fenómeno de los "Starter Packs" Generados por IA: ¿Tendencia o Riesgo?
En la era digital actual, las imágenes generadas por inteligencia artificial (IA) se han convertido en una de las principales tendencias en redes sociales. Un claro ejemplo de esto son los famosos "starter packs", que representan a personas como figuritas coleccionables. La popularidad de esta moda ha suscitado cuestionamientos sobre los derechos de autor, el impacto ambiental y la protección de datos personales. Celebridades como Brooke Shields han compartido sus propios "starter packs", mostrando la atracción que esta tendencia ha ejercido sobre un amplio público, desde figuras públicas hasta usuarios anónimos.
El generador de imágenes de ChatGPT, de OpenAI, ha sido el impulso detrás del auge de los "starter packs". Desde su lanzamiento gratuito en abril, este modelo actualizado ha permitido a los usuarios crear imágenes más sofisticadas con instrucciones sencillas. Según Anaïs Loubère, experta en redes sociales, esta innovación tecnológica ha facilitado que la gente se sienta atraída por contenidos personalizables que tocan intereses emocionales. Al combinar aspectos del ego y nostalgia, los "starter packs" se han vuelto virales, ya que apelan a un deseo de expresión personal y conexión emocional.
Antes de esta moda, otra tendencia a nivel digital fue la proliferación de autorretratos inspirados en el estilo del famoso Studio Ghibli. La estética de estas animaciones ha capturado la atención de muchas personas, llevando a una serie de memes e imágenes que reflejan el cariño de los internautas por esta forma de arte. Ahlem Abidi Barthe, profesora de marketing digital, señala que estas representaciones tocan un lado emocional y nostálgico que ayuda a su viralidad. El aprecio y la conexión que el público siente hacia estas imágenes revelan cómo diferentes influencias culturales pueden llevar a nuevas tendencias.
Con el éxito de ChatGPT, OpenAI se ha beneficiado enormemente, alcanzando un hito impresionante de un millón de nuevos usuarios en una sola hora desde la disponibilidad de su herramienta de generación de imágenes. A partir de marzo, la aplicación se convirtió en la más descargada del mundo, superando a plataformas como TikTok e Instagram. Esta rápida adopción subraya no solo el interés por esta tecnología, sino también la creciente competencia en el mercado de la inteligencia artificial generativa.
A pesar del entusiasmo por los "starter packs", la tendencia también ha llevado a críticas contundentes. Artistas e ilustradores han comenzado a alzar su voz en contra del uso de estas tecnologías, desarrollando sus propios "starter packs" pero sin la intervención de IA, utilizando la etiqueta #StarterpacknoAI. Este fenómeno ha reiniciado el debate sobre el uso no autorizado de obras protegidas, especialmente en el caso de OpenAI, que no ha firmado acuerdos de licencia con algunos estudios como Studio Ghibli. En Estados Unidos, diversas empresas de IA se enfrentan a demandas por violaciones de propiedad intelectual, lo que genera un ambiente de incertidumbre respecto a la legalidad del uso que se hace de estos contenidos.
Junto a las preocupaciones sobre la propiedad intelectual, hay un creciente interés en el costo ambiental asociado con la IA generativa. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, cada consulta en ChatGPT consume una considerable cantidad de energía, lo que plantea preguntas sobre la sostenibilidad de este tipo de tecnologías. La generación de imágenes requiere aún más recursos. Además, el uso de estos servicios implica que los usuarios compartan datos personales, lo que genera alarmas sobre la privacidad y el uso de información sensible sin el conocimiento adecuado del usuario.
Por último, aunque el fenómeno de los "starter packs" puede parecer excitante y novedoso, expertos advierten que el interés puede desvanecerse rápidamente. Según Loubère, la saturación de contenido es una posibilidad real: tras ver innumerables "starter packs" en redes sociales, el público puede cansarse fácilmente. Este ciclo de creación y pérdida de interés ilustra la naturaleza efímera de las tendencias en redes sociales y cómo estas pueden tener ramificaciones no solo culturales, sino también legales y ambientales. A medida que esta tecnología avanza, será crucial encontrar un equilibrio entre la innovación y el respeto por los derechos de autor, así como un enfoque sostenible que minimice el impacto ambiental.