Personas Cortisol: Entendiendo el Contagio Emocional

Las "personas cortisol" son aquellos individuos que parecen irradiar un aire de ansiedad y estrés que afecta a quienes se encuentran a su alrededor. Este término, acuñado por los investigadores Howard Friedman y Ronald Riggio en los años 80, hace referencia a cómo el cortisol, la hormona del estrés, puede contagiar emociones negativas en las personas cercanas. Cuando una persona en el entorno de alguien está ansiosa, es probable que esa ansiedad sea percibida y replicada involuntariamente por otros, creando un ciclo de malestar emocional.

El mecanismo detrás de este fenómeno involucra las neuronas espejo, que se activan durante interacciones como los bostezos, generando respuestas emocionales similares. Según Micaela Zappino, psicóloga especializada en salud mental, el estrés puede desencadenar una serie de respuestas fisiológicas como palpitaciones y respiración acelerada. Estos síntomas no son sólo signos de reacción individual, sino que también se propagan, creando un "clima emocional" que puede impactar en la salud mental de quienes están cerca de la persona cortisol.

Características de las Personas Cortisol

Las personas cortisol tienden a ver el mundo como amenazante. Esto puede deberse a experiencias pasadas en ambientes inseguros, donde su sistema nervioso se adaptó a emergencias constantes. Lucila Bergonzi, psicóloga clínica, explica que muchos de estos individuos han crecido en contextos impredecibles, lo cual les lleva a vivir en un estado de alerta perpetua. Este comportamiento, que en principio puede haber sido una estrategia de supervivencia, puede convertirse en un modo de vida que afecta profundamenete no solo a ellos, sino también a su entorno.

Estos individuos son propensos a mostrar patrones de comportamiento que afectan su calidad de vida, tales como irritabilidad y angustia, y pueden experimentarse síntomas de estrés que impactan en el sueño y la concentración. Esto nos lleva a comprender que el estrés es un factor que no solo afecta de manera individual, sino que también trasciende en relaciones interpersonales, generando un efecto en cadena.

Impacto Emocional en el Entorno

El impacto de estar cerca de una persona cortisol puede ser considerable. A menudo, la ansiedad y el malestar que irradian estas personas pueden contagiar a quienes los rodean, creando una atmósfera de preocupación e inquietud. Esto lleva a que la sociedad, que celebra la hiperproductividad y la autoexigencia, alimente aún más estos patrones de comportamiento, resultando en un ciclo vicioso que es difícil de romper.

Además, es importante considerar el perfil de personalidad de estas personas. Aquellos que son emocionalmente sensibles, impulsivos o tienen baja tolerancia a la frustración a menudo se involucran en comportamientos estresantes y pueden tener una mayor tendencia a transmitir su angustia a otras personas, a veces sin ser conscientes del impacto que esto puede tener.

Estrategias para Manejar la Situación

Para lidiar con personas cortisol y proteger nuestra salud emocional, es crucial reconocer y validar la situación que atraviesan. Bergonzi sugiere que el primer paso es entender qué es lo que alimenta ese estado de ansiedad. Es importante establecer límites saludables; este acto no debe ser visto como egoísmo, sino como una necesidad para la autocuidado emocional.

Limitar el tiempo e intensidad de las interacciones con personas cortisol es una estrategia que puede ayudar a evitar el desgaste emocional. La preparación mental antes de interactuar con ellas y el uso de herramientas como la respiración consciente o el "grounding" también pueden ser útiles. Estas prácticas no son soluciones milagrosas, pero proporcionan momentos de calma que pueden interrumpir el ciclo de estrés.

La Importancia de los Límites

Los expertos coinciden en que poner límites es fundamental. Escuchar a las personas cortisol con amabilidad, pero desde una distancia emocional, puede ser beneficioso. Esto implica no involucrarse emocionalmente en sus problemas ni intentar resolver su sufrimiento por completo. Se debe aprender a decir "no puedo" o "me hace mal esto", permitiendo que los demás entiendan nuestras necesidades sin sentirse culpables.

El objetivo no es "salvar" a otros a expensas de nuestro bienestar, sino encontrar un equilibrio donde se pueda ofrecer apoyo sin perder nuestra salud mental. Esto requiere de una conciencia de las propias necesidades y límites, lo que resulta vital para mantener relaciones sanas y productivas.

Conclusión

Las "personas cortisol" son un reflejo de cómo el estrés puede afectar no solo a un individuo, sino también a los que lo rodean. Comprender sus características, el impacto emocional que generan y cómo protegerse de su influencia es crucial para preservar nuestra propia salud mental. Establecer límites claros y practicar el autocuidado son pasos esenciales que todos podemos tomar para asegurarnos de que nuestras interacciones se mantengan saludables y productivas.

En un mundo donde el estrés y la ansiedad son cada vez más comunes, la educación sobre estos temas es vital. Con el conocimiento adecuado, podemos no solo ayudarnos a nosotros mismos, sino también a los demás a encontrar un camino hacia una vida emocionalmente equilibrada.

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