La Reivindicación del Término “Gocho” en el Diccionario de la RAE: Un Triunfo Cultural

La lengua es un fenómeno vivo y dinámico que evoluciona con su contexto social y cultural. La filóloga argentina Ivonne Bordelois plantea que el capitalismo busca aniquilar la conciencia lingüística, en un tiempo que tiende a forzar la esclavitud laboral y consumista. Esta vulnerabilidad del lenguaje se manifiesta en la resistencia y reivindicación de identidades regionales, como lo es el caso del término “gocho”. La reciente incorporación de esta palabra al Diccionario de la lengua española por parte de la Real Academia Española (RAE) no solo representa una actualización semántica, sino que es un acto de justicia cultural que celebra la diversidad lingüística y la identidad de los pueblos.

El término “gocho” tiene una historia rica y un significado que ha evolucionado a lo largo de los años. Originalmente, se utilizaba en el ámbito del español peninsular como sinónimo de “cerdo”, lo que le otorgaba connotaciones despectivas. Sin embargo, el uso que los habitantes de la región andina de Venezuela, especialmente en Táchira, han dado al término ha impuesto un nuevo significado. “Gocho” se ha transformado en un gentilicio informal que los habitantes de esta zona defienden con orgullo, marcando su identidad y su pertenencia a una rica herencia cultural.

El maestro Ángel Rosenblat, en su obra “Buenas y malas palabras”, señala cómo las transformaciones fonéticas del español hablado en Venezuela han sido relegadas a entornos rurales, y aunque coinciden con fenómenos de otros países hispánicos, no han sido reconocidas adecuadamente dentro de la lengua culta. La inclusión de “gocho” en el diccionario es un paso significativo hacia la aceptación y legitimación de estas variaciones lingüísticas. La lucha por el reconocimiento de este término es un reflejo de la importancia de preservar las identidades regionales en un mundo cada vez más globalizado.

Las organizaciones culturales de Táchira, junto con la Sociedad de Historia Regional del Táchira y la Academia Venezolana de la Lengua, han realizado investigaciones y campañas que respaldan la oficialización del término. Estas iniciativas han ayudado a certificar el uso de “gocho” como el adjetivo que identifica a los naturales de la zona andina venezolana. Para gran parte de los lectores de Últimas Noticias, este evento es considerado una buena noticia, no solo como un acto de respeto hacia la singularidad de los gochos, sino también como una oportunidad para dar visibilidad a la riqueza cultural del Táchira.

La evolución del lenguaje es constante, como lo demuestra la variedad de palabras que han transcurrido del uso coloquial a ser aceptadas oficialmente. Algunas palabras tradicionales, mencionadas por Rosenblat, se encuentran aún vigentes en el lenguaje popular de los campos venezolanos, aunque hayan desaparecido del diccionario. Al mismo tiempo, nuevos venezolismos como “chamo”, “pana”, y “rasca” han sido incorporados en años recientes, lo que destaca un proceso orgánico de crecimiento y adaptación del idioma a las realidades contemporáneas.

La lengua es un organismo que se alimenta de sus hablantes y de sus vivencias cotidianas. La incorporación de “gocho” y otros términos coloquiales al vocabulario formal no solo legitima el habla popular, sino que también conserva un invaluable patrimonio cultural. Es fundamental que los hablantes reconozcan el peso que tienen estas palabras en la historia y la identidad local. La reivindicación de los términos como “gocho” no es solo un acto lingüístico, sino también un acto de resistencia y reconocimiento de la diversidad que enriquece y fortalece el tejido social.

En conclusión, la aceptación de palabras como “gocho” en el Diccionario de la RAE simboliza un triunfo cultural que va más allá de su significado léxico. Representa un paso hacia la inclusión de las identidades regionales en el arco del español. Este proceso de legitimación lingüística no solo contribuye a la diversidad del idioma, sino que también promueve un sentido de pertenencia y orgullo en los hablantes. En un mundo donde la homogeneización cultural es cada vez más prevalente, el reconocimiento de variaciones lingüísticas es esencial para la preservación de las singularidades que nos definen como comunidad. La lucha por el lenguaje continúa, y cada palabra que se suma al diccionario es un paso más hacia la celebración de la pluralidad cultural.

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