Crisis eléctrica en Cuba: Un año de apagones

La crisis eléctrica en Cuba ha alcanzado un punto crítico, con EFECuba reportando una total de doce meses de crisis energética y apagones que promedian hasta 20 horas diarias. Este fenómeno ha generado un panorama desolador: cortes de luz prolongados, averías constantes y una economía paralizada, todo ello exacerbando el descontento social entre los cubanos. La situación se ha vuelto insostenible, afectando fuertemente la vida diaria de los ciudadanos.

Impacto en la vida cotidiana

Los apagones se han convertido en el principal quebradero de cabeza para los cubanos. La imposibilidad de conservar alimentos en los refrigeradores, realizar trámites bancarios o cargar dispositivos electrónicos ha llevado a los habitantes a adaptarse a nuevos ritmos de vida. Muchos se ven obligados a levantarse de madrugada, cuando la electricidad vuelve durante algunas horas, para cocinar, planchar o llenar tanques de agua. En La Habana, las interrupciones pueden oscilar entre 4 y 10 horas diarias, mientras que en otras partes del país la situación es aún más grave, superando a menudo las 20 horas, lo que dificulta cualquier intento de normalidad en hogares y negocios.

Estadísticas alarmantes

La Unión Eléctrica (UNE), dependiente del Ministerio de Energía y Minas, ha documentado que en mayo de este año la duración media de los cortes eléctricos fue de 18 horas. Un momento crítico ocurrió el 12 de febrero, cuando hasta el 57 % del país se quedó a oscuras durante las horas de máxima demanda. Durante estos doce meses, Cuba ha experimentado cuatro apagones nacionales, de los cuales han pasado días para que el país se recupere. Las centrales termoeléctricas, que son la columna vertebral del sistema energético nacional, se enfrentan a una serie de problemas que incluyen mal mantenimiento y averías frecuentes.

Razones de la crisis

Los apagones en Cuba se deben en gran medida al bajo estado de las plantas termoeléctricas y a la escasez de divisas para importar combustible. Según la UNE, el 66 % de las interrupciones se atribuyen a la falta de combustible. A pesar de las promesas de reducción de cortes para julio, la realidad ha sido contraria, con el verano de 2024 mostrando una ligera mejora gracias a un adelanto en mantenimientos, aunque aún queda mucho por hacer. Expertos sugieren que una solución completa para el sistema energético requeriría entre 8,000 y 10,000 millones de dólares, una cifra inalcanzable dado el actual contexto económico en Cuba.

Responsabilidades y políticas

El gobierno cubano ha mostrado reticencia a asumir la responsabilidad del colapso energético y ha atribuido la crisis a las sanciones estadounidenses. Esta narrativa ha sido esgrimida en medios oficiales, que resaltan la “asfixia energética” provocada por la intervención externa. Sin embargo, la serie de decisiones internas a lo largo de décadas juega un papel crucial en la situación actual, y muchos expertos creen que la solución debería comenzar internamente.

Propuestas para el futuro

Ante esta crisis, la principal apuesta del gobierno es la inversión en energía solar, con la colaboración de China para crear 92 parques solares en la isla, que suman aproximadamente 2,000 megavatios de potencia instalada. Hasta ahora, se han sincronizado alrededor de 25 parques, cumpliendo así con algunos planes gubernamentales. Sin embargo, a pesar de estos avances, las proyecciones indican que el plan no será suficiente para cerrar la brecha energética del país, que continuará dependiendo en gran medida de las termoeléctricas. Esto plantea un futuro incierto para la crisis energética, que sigue agobiando la vida de los cubanos a diario.

La situación energética en Cuba es un reflejo de desafíos profundos que involucran tanto factores internos como externos. Con la necesidad urgente de soluciones sostenibles y eficaces, el futuro inmediato todavía parece sombrío para los ciudadanos cubanos atrapados en esta compleja crisis.

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