Cambios en la Política Exterior de Bolivia: Un Nuevo Horizonte

La política exterior de Bolivia está en la puerta de un cambio significativo con la llegada de un nuevo gobierno tras casi 20 años de un régimen de izquierda. Las elecciones del balotaje programadas para octubre entre el senador centrista Rodrigo Paz Pereira y el expresidente conservador Jorge Tuto Quiroga prometen redefinir las relaciones internacionales del país. Ambos candidatos han expresado su intención de restablecer las relaciones con Estados Unidos, una estrategia que podría marcar un giro en la diplomacia boliviana.

Durante la presidencia de Evo Morales, que abarcó desde 2006 hasta 2019, el país cultivó lazos con potencias como Rusia, China e Irán, distanciándose de Estados Unidos, a quien Morales acusó de conspirar en su contra. Este enfoque incluyó la expulsión de embajadores y la cancelación de acuerdos de cooperación. A su vez, Bolivia se alineó con bloques regionales como Unasur y ALBA, que reflejan la afinidad ideológica del exmandatario con gobiernos de izquierda en América Latina.

El interinato de Jeanine Áñez en 2019 marcó una ruptura en esta política exterior, al suspender relaciones con Cuba y Venezuela, retirarse de ALBA y cerrar embajadas en países que no se alineaban con su visión. Sin embargo, la administración de Luis Arce revocó estas decisiones y restableció vínculos con naciones como Irán y Venezuela, aunque continuó con la ruptura con Israel debido al conflicto palestino.

Gustavo Aliaga, un diplomático y diputado opositor, ha enfatizado que un objetivo primordial del nuevo gobierno debe ser “restablecer” las relaciones con Estados Unidos, que actualmente son limitadas. Esto es crucial, ya que el país del norte es el principal socio en organismos financieros internacionales, como el FMI y el Banco Mundial. Aliaga argumenta que la designación de un embajador debe ser una prioridad, dado que la cooperación económica es fundamental para enfrentar la crisis actual en Bolivia.

Tanto Quiroga como Paz Pereira han manifestado su compromiso de restablecer vínculos con Estados Unidos desde el primer día de su mandato. Quiroga ha subrayado la importancia de establecer conexiones con todos los países amigos que deseen invertir y comerciar con Bolivia. Por su parte, Paz Pereira ha indicado que mejorar las relaciones con Estados Unidos será esencial para el futuro, una intención que va de la mano con cambios en la política exterior boliviana.

Además de volver a conectarse con Estados Unidos, los nuevos líderes deben abordar las relaciones con países vecinos, en particular con Chile. La relación diplomática entre Bolivia y Chile ha estado rota desde 1962 debido a la disputa marítima, pero Aliaga cree que el nuevo gobierno debería trabajar en un “nuevo rumbo” para estas relaciones. Paz Pereira ha prometido reabrir diálogos comerciales con Chile para potenciar el flujo económico entre ambas naciones, lo que podría ser una vía para avanzar en la reclamación marítima histórica boliviana.

En conclusión, la política exterior de Bolivia está a punto de experimentar un cambio radical con la inminente llegada de un nuevo gobierno. La necesidad de restablecer relaciones con Estados Unidos y mejorar la interacción con naciones vecinas son imperativos actuales que los nuevos líderes deben abordar. Este proceso no solo podría aportar estabilidad económica, sino también definir el lugar de Bolivia en el contexto regional e internacional.

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