La Ceremonia de «La Seña» en la Catedral de Coro: Un Ritual de Fe y Tradición

La Catedral de Coro, ubicada en el municipio Miranda, fue el escenario de un evento religioso cargado de significado, la ceremonia de «La Seña», presidida por el arzobispo Metropolitano, monseñor Víctor Hugo Basabe. Esta ceremonia tiene un profundo simbolismo, ya que representa el sacrificio de Jesucristo en la cruz, un momento que marca una de las bases de la fe cristiana. La procesión, en la que un grupo de sacerdotes ataviados con capas negras y capuchas oscuras recorrió el templo, evoca la carga de los pecados que la humanidad ha llevado a lo largo de los siglos.

El arzobispo Basabe, durante su intervención, destacó el objetivo esencial de esta ceremonia: «solicitar el perdón por las faltas de la humanidad». En su discurso, enfatizó la importancia de recitar las oraciones como una manera de buscar la redención y el perdón divino. La historia de Coro como la primera sede de la Catedral y Diócesis en Sudamérica añade un valor histórico a la ceremonia, siendo un recordatorio del papel vital que esta ciudad ha jugado en el desarrollo de la fe cristiana en el continente. Es a través de este ritual que las tradiciones eclesiásticas se mantienen vivas y se refuerza el compromiso de los fieles con su creencia.

El rescate de la ceremonia de «La Seña» tiene como fin revitalizar esta práctica que, más allá de su aspecto religiosamente formal, está entrelazada con la identidad cultural de los devotos. Este resurgimiento permite que los creyentes se sumergan en el verdadero espíritu de Jesucristo, propiciando un espacio de reflexión y conexión con la historia de su fe. La tradición de «La Seña» no solo busca la reconciliación con lo divino, sino que también establece un puente entre las generaciones, conectando el pasado religioso con el presente.

La perspectiva de los creyentes sobre esta ceremonia varía, pero todos coinciden en la profundidad de su significado. Iveth Giménez, una devota, comenta que «La Seña» es un tributo a los soldados que lucharon en la era de Jesucristo. Para ella, esta ceremonia simboliza un homenaje a aquellos que combatieron junto al Señor en la búsqueda de la redención de los pecados. Es un recordatorio de que el sufrimiento y el sacrificio forman parte de la experiencia humana y de la fe cristiana.

Por otro lado, Milagros Hernández resalta que «este ritual posee un profundo significado al evocar el sufrimiento de Cristo en la cruz». En su opinión, el ritual no solo es una manera de recordar el sacrificio de Jesús, sino que también sirve como un momento de introspección y conexión espiritual directa con lo divino. Los participantes en la ceremonia experimentan un viaje emocional que invita a reflexionar sobre la condición humana y su necesidad constante de buscar perdón y comprensión.

En definitiva, la ceremonia de «La Seña» en la Catedral de Coro no es simplemente un evento religioso, sino una representación viva de la fe cristiana y su historia. A través de la procesión y las oraciones, se establece un lazo emocional entre los individuos y sus creencias, permitiendo que la tradición perdure y se transmita a futuras generaciones. Este ritual, repleto de significados profundos y recuerdos, reafirma la importancia de la fe en la vida de los creyentes y su deseo de buscar un camino de reconciliación y esperanza en el amor de Jesucristo.

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