Certificación de Productores en los Valles del Tuy: Una Iniciativa Transformadora
En un evento significativo realizado en la unidad de producción Rubio y Amigos, en Santa Teresa del Tuy, un total de 200 productores de los Valles del Tuy, estado Miranda, recibieron la certificación por la culminación de sus diplomados en agroproducción. Esta actividad fue organizada con la colaboración del Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y Tierras (Mppat) y la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (Unesr). Este tipo de iniciativas no solo promueven la educación en el sector agrícola, sino que también refuerzan el compromiso del Estado con el desarrollo agroalimentario.
Apoyo Institucional y Fortalecimiento Agrícola
Los diplomados, que constaron de seis clases organizadas en cinco módulos, se llevaron a cabo en los municipios de Simón Bolívar (Yare) y Paz Castillo (Santa Lucía), avalados por la Corporación Desarrollo Agrícola del estado Miranda (Cordami) y la Fundación para la Unificación de la Investigación, Capacitación y Extensionismo en el fortalecimiento del sector agroalimentario (Uticex). Durante el evento, se formalizaron también seis cartas agrarias a través del Instituto Nacional de Tierras (Inti) y se entregaron bioinsumos a los productores priorizados, lo que demuestra un esfuerzo integral para impulsar la producción agrícola local.
La Importancia de la Formación Agropecuaria
La presencia de personalidades como el ingeniero agrícola Nazareth Serrano y el alcalde Rayner Pulido Fuentes resalta la relevancia de la formación en áreas clave como el cultivo de musáceas, la cría de pollos de engorde y sistemas de producción porcina. Estos elementos son esenciales no solo para mejorar la producción agrícola, sino también para ofrecer alternativas económicas viables para las familias en entornos urbanos y periurbanos. La formalización de esta educación práctica es fundamental para garantizar la sostenibilidad del sector agroalimentario en el país.
Historias de Éxito: Testimonios Inspiradores
Uno de los momentos más destacados del evento fue el testimonio de Nancy Díaz de Laya, productora de musáceas, quien compartió su experiencia con el diplomado. Según ella, “me fue maravilloso, me quedé con la experiencia y conocimientos sobre la elaboración de vinos artesanales, que tiene mucha demanda en el mercado”. Este tipo de emprendimientos no solo diversifica la producción, sino que también permite la formación de cooperativas que potencian la economía local. Es un claro ejemplo de cómo la capacitación puede resultar en innovaciones productivas.
El Poder del Movimiento Campesino
Rafael Martínez, otro productor presente en la ceremonia, enfatizó el papel del movimiento campesino mirandino, afirmando que “nosotros como productores somos un gran ejército para la producción de alimentos del país”. Esta afirmación resalta la resiliencia y la determinación de los agricultores en tiempos desafiantes. El trabajo en equipo y la solidaridad son claves en el sector agropecuario, y cada vez más productores se suman a estas iniciativas que fomentan la autosuficiencia alimentaria.
Un Futuro Esperanzador
La actividad también estuvo amenizada con música folklórica y exhibiciones de productos y proyectos impulsados por la formación académica de los diplomados. Este tipo de eventos no solo celebran los logros individuales, sino que también crean una conciencia colectiva sobre la importancia de la agricultura en la economía nacional. La culminación de estos diplomados es un paso firme hacia un futuro más próspero y sostenible, donde la educación agrícola se convierta en la piedra angular de un sector agroalimentario robusto en Venezuela.
En resumen, la certificación de estos 200 productores es un excelente ejemplo de cómo la educación y el apoyo institucional pueden impactar positivamente en el sector agropecuario. La formación impartida en estos diplomados ha brindado a los participantes las herramientas necesarias para innovar y diversificar su producción, fortaleciendo así la economía local y nacional. La esperanza radica en que, con cada paso que se da hacia la educación y el desarrollo en el sector, se logra un incremento significativo en la seguridad alimentaria del país.