La Celebración del Vía Crucis en Mérida y Miranda Durante la Semana Mayor
La Semana Mayor en Venezuela es un periodo caracterizado por la intensa vivencia de tradiciones católicas, destacándose la representación del Vía Crucis en distintas regiones del país. Dos de los estados donde esta tradición ha cobrado especial relevancia son Mérida y Miranda. En Mérida, los grupos apostólicos han llevado a cabo dramatizaciones que reviven la pasión y muerte de Jesucristo, reflejando así la herencia católica que se vive con fervor y dedicación en cada rincón del estado.
Un ejemplo notable de esta tradición se encuentra en el municipio Rangel, específicamente en San Rafael de Mucuchíes. Aquí, el grupo "Pasión Viviente de La Mucuchache" ha mantenido la tradición del Vía Crucis por veintidós años consecutivos. Este evento comienza en la Plaza Bolívar y recorre 5.6 kilómetros, culminando en la hermosa Laguna de El Hoyo, situada a 3,740 metros sobre el nivel del mar. La Arquidiócesis de Mérida ha resaltado la importancia de esta actividad, no solo como una expresión de fe, sino como una forma de unión y comunidad entre los feligreses que participan activamente en el recorrido.
Además, en la comunidad de La Culata, los residentes también mantienen viva la tradición con un Vía Crucis que se inicia en el Paradero de La Culata y se extiende hasta el sector Valle El Muerto, alcanzando una altitud impresionante de 4,173 msnm. María Mercedes Lobo, habitante del sector, expresó su orgullo y devoción al señalar que "los merideños vivimos la Semana Santa manteniendo las tradiciones católicas", evidenciando así el compromiso de la comunidad con sus raíces religiosas.
Otro enfoque importante de la celebración en Mérida se observa en el teatro infantil de la comunidad La Milagrosa, donde se ha realizado un Vía Crucis diseñado para niños y adolescentes. Johan Briceño, representante del grupo teatral, destacó la relevancia de involucrar a las nuevas generaciones en actividades que fomenten la enseñanza de la fe católica a través de medios creativos como el teatro. Con más de 20 niños y adolescentes participando, esta iniciativa no solo proporciona una experiencia educativa, sino que también permite a los jóvenes aprender sobre la vida y el sacrificio de Jesús de una manera atractiva y memorable.
En el estado Miranda, la fe también se manifiesta a través del Vía Crucis viviente de Guarenas, que este año celebra su cuadragésimo aniversario. Desde 1985, esta representación teatral ha sido escrita y dirigida por el dramaturgo Jesús Eduardo Espinoza, quien ha guiado a generaciones de niños en la reinterpretación de la historia de la Pasión de Cristo. Este reconocimiento cultural se ve reflejado en la activa participación de los jóvenes de la comunidad, quienes mantienen viva esta tradición con profunda pasión y amor. Además, se destaca que esta obra ha sido declarada Patrimonio Inmaterial del municipio Ambrosio Plaza en 2022, y un Bien de Interés Cultural del Estado Miranda en 2025, lo que resalta su importancia en la identidad local.
Las presentaciones del Vía Crucis en Guarenas son un evento esperado por la comunidad, comenzando el 17 de abril con un recorrido dramático que abarca varios puntos emblemáticos del sector El Torreón y culminando en el Parque Trapichito. Durante estos días de Semana Santa, los ciudadanos se reúnen para atestiguar la conmovedora representación que mezcla teatro con devoción, reafirmando su fe y la cultura que los une. La obra de este año mostró, una vez más, el esfuerzo colectivo de un equipo de artistas que, junto a los niños, entregan un mensaje evangelizador que resuena en los corazones de los asistentes.
En conclusión, las representaciones del Vía Crucis en los estados Mérida y Miranda son mucho más que simples dramatizaciones; son una fiel manifestación de la herencia cultural y religiosa del país. A través de estas tradiciones, las comunidades no solo mantienen viva su fe, sino que también fomentan la unión y el aprendizaje intergeneracional. Cada año, estas actividades artísticas y espirituales reafirman el compromiso de los venezolanos con sus raíces católicas, asegurando que la historia de la pasión de Cristo siga siendo un pilar fundamental en la vida de muchas familias y comunidades. La celebración de la Semana Santa, por ende, se convierte en una oportunidad invaluable para honrar la fe y la cultura, transmitiendo costumbres que perduran a lo largo del tiempo.