La Veneración de Jesús Atado a la Columna en Ocumare del Tuy: Una Tradición que Se Renueva

La imagen de Jesús Atado a la Columna, venerada en Ocumare del Tuy, es un símbolo de fe que data de entre 90 y 100 años, y ha sido un referente en las festividades de Semana Santa en esta localidad del estado Miranda. Este lunes, devotos se congregaron para dar inicio a las celebraciones, recordando la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo con fervor y devoción. El evento comenzó a las 7:00 am en la capilla Nuestra Señora de Guadalupe, ubicada en el sector Aponte de Pampero, y se extendió a lo largo de un recorrido de 4.9 kilómetros hasta llegar a la Basílica Nuestra Señora de Coromoto, evidenciando la profunda religiosidad de la comunidad ocumareña.

La participación en la procesión es destacada por la comunidad, ya que, aunque se tiene registro de estas tradiciones desde 1949, muchos creen que su origen puede ser mucho más antiguo. Entre los asistentes, titulado en la enseñanza, Tito Armando Pérez compartió su emoción y la particularidad del evento de este año, que incluyó una misa especial y una procesión en el centro de Ocumare. Esta celebración se enmarca en la búsqueda del perdón y la misericordia divina, resaltando que los devotos buscan no solo el perdón personal, sino también por el mundo entero, en un acto colectivo de reflexión espiritual.

La imagen de Jesús Atado tiene aproximadamente un metro y medio de altura, y su vestimenta es cuidada por el creyente Bernardo Sequera, quien, junto a los cargadores, hace posible que esta tradición perdure. Mientras avanzan, devotos realizan oraciones, el Santo Rosario y la Coronilla de la Divina Misericordia. Este fervor religioso transforma las calles de Ocumare en un escenario de profunda espiritualidad, donde la comunidad se une en plegarias y actos de reparación. El momento culminante llega con la eucaristía a las 5 pm en la Basílica, donde los fieles se reúnen para reconectarse y fortalecer su fe.

La procesión no solo se queda dentro del ámbito religioso, ya que una de las acciones más conmovedoras es la visita a sedes policiales para ofrecer consuelo y esperanza a personas privadas de libertad. Este gesto resalta el papel de la imagen como un faro de luz y fe, llevándola a quienes más lo necesitan. La imagen recorre los principales puntos de la localidad, obteniendo la participación de un creciente número de devotos y promeseros, lo que ilustra la relevancia y el impacto de esta celebración en la vida de la comunidad.

Juan Carlos Machillanda, encargado de la custodia de la imagen durante los últimos 22 años, ha expresado su agradecimiento a quienes han colaborado en la preservación de esta tradición. Menciona a figuras clave como Pedro Izquierdo y Beatriz Hernández de Velluci, quienes han jugado un papel crucial en la historia de la imagen. Además, Machillanda ha reconocido el esfuerzo de los cargadores, cuyo trabajo y devoción son esenciales para el desarrollo de la procesión, y ha agradecido a la alcaldesa Dayana Báez y su equipo por el apoyo en las actividades asociadas a la veneración.

Para garantizar la seguridad del evento, funcionarios policiales y de Protección Civil estuvieron presentes, permitiendo que la celebración transcurriera en un ambiente de respeto y cuidado. Esta coordinación es fundamental para mantener la paz durante un acto que atrae a miles de devotos y que simboliza la unión y la fuerza de la fe en Ocumare del Tuy. La tradición de Jesús Atado a la Columna es más que un evento religioso; es una expresión cultural que refuerza la identidad comunitaria y el compromiso de los ocumareños con sus raíces espirituales y sociales.

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