La Aprehensión de “La Hija de Dios”: Un Caso de Incitación al Odio en Venezuela

Recientemente, el fiscal general de la República, Tarek William Saab, dio a conocer la detención de Evelin Velásquez, conocida en redes sociales como “La Hija de Dios”, por incitar al odio a través de sus videos en plataformas como TikTok. La acusación se centra en que sus publicaciones fomentaban el odio hacia figuras del gobierno venezolano, lo que llevó a las autoridades a actuar en defensa del orden público. Este caso pone de manifiesto la tensión entre la libertad de expresión y las regulaciones sobre el discurso de odio en el país.

En un comunicado publicado en su cuenta de Instagram, Saab enfatizó que la detención de Velásquez no es un acto aislado, sino parte de una estrategia más amplia para combatir discursos que generan zozobra en la sociedad venezolana. La Fiscalía 61 Nacional Plena, especializada en Delitos de Incitación al Odio, ha sido asignada para llevar el caso, lo que indica la seriedad con la que el gobierno está tratando esta cuestión. Este enfoque podría tener implicaciones para otros creadores de contenido en las redes sociales que puedan estar cruzando líneas similares.

Los videos que Velásquez compartía en sus redes eran particularmente controvertidos, ya que aparecía luciendo fajos de billetes mientras proclamaba que su conexión espiritual era la fuente de su éxito. Esta representación ha generado reacciones mixtas entre sus seguidores y detractores, desatando un debate sobre la legitimidad de su mensaje. Además, se autodenominaba madre de otro tiktoker, “El Fresa”, quien también enfrenta problemas legales por incitación al odio, sugiriendo que este fenómeno no es exclusivo de una sola figura pública.

La llegada de Evelin Velásquez al país fue tras su deportación desde Estados Unidos, donde abordó un vuelo de la Gran Misión Vuelta a la Patria, un programa oficial que busca traer de vuelta a los venezolanos que han emigrado. Esta circunstancia ha añadido una capa de complejidad a su caso, ya que resalta las dificultades que enfrentan muchos venezolanos al regresar a una nación marcada por crisis económicas y políticas. La historia de Velásquez podría ser un reflejo de las tensiones y esperanzas de una sociedad en transformación.

El tema de la incitación al odio en redes sociales es particularmente relevante en un contexto donde la manipulación de la información puede avivar el descontento social. Las autoridades se enfrentan al desafío de equilibrar la libertad de expresión con la necesidad de mantener el orden público. La reacción de las autoridades al caso de Velásquez podría marcar un precedente sobre cómo se manejará el discurso en plataformas digitales en el futuro, especialmente en un país donde la polarización política es evidente.

Finalmente, la aprehensión de “La Hija de Dios” no solo es un caso aislado, sino un síntoma de un problema más amplio. A medida que las redes sociales continúan creciendo en influencia, es imperativo que tanto creadores de contenido como autoridades comprendan las implicaciones de sus palabras y acciones. La vigilancia sobre el discurso de odio es más crucial que nunca, ya que puede tener repercusiones significativas en la cohesión social y la estabilidad política en Venezuela.

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