La Reina de la Ketamina: El Caso de Jasveen Sangha y la Muerte de Matthew Perry
El trágico fallecimiento de Matthew Perry, conocido por su icónico papel en Friends, marcó un hito en la industria del entretenimiento y puso de relieve el oscuro mundo del tráfico de drogas en Hollywood. Jasveen Sangha, de 42 años, ha sido acusada de desempeñar un papel crucial en esta nebulosa red, enfrentando cinco cargos que incluyen la venta de sustancias controladas que llevaron a la muerte del actor. Este caso ha revelado no solo la vulnerabilidad de las estrellas frente a las adicciones, sino también el funcionamiento de un sistema en el que se mezclan drogas, celebridades y el deseo de lucro.
La residencia de Sangha en North Hollywood, descrita por las autoridades federales como un “emporio de venta de drogas”, fue el centro de una investigación que culminó en una redada en marzo del año pasado. Durante la operación, se encontraron numerosos viales de ketamina, metanfetamina, cocaína y otros fármacos controlados. El caso de la “reina de la ketamina” no sólo resalta los peligros de la sustancia, un anestésico disociativo con graves efectos secundarios, sino también cómo estas sustancias son fácilmente accesibles incluso para personas del calibre de Perry.
La relación entre Sangha y Perry se centraba en un ciclo peligroso de distribución de drogas. Según informes, Sangha se había convertido en un enlace clave para Perry, aprovechándose de su lucha documentada contra la adicción. En un acuerdo judicial reciente, Sangha admitió haber colaborado con otros cómplices para distribuir ketamina al actor, lo cual culminó en su fatídica muerte el 28 de octubre de 2023, a causa de las múltiples dosis que recibió.
El impacto de la muerte de Perry va más allá de lo personal; ha generado un debate público sobre la cultura del consumo de sustancias en Hollywood. Las autoridades han expresado su preocupación por el “salvaje oeste” que representa el mercado de la ketamina en la industria del entretenimiento. En su búsqueda de tratamientos y alivios para sus dolencias, tanto físicas como emocionales, muchas celebridades terminan cayendo en manos de individuos como Sangha, quienes mercadean sin escrúpulos con su salud.
Además de enfrentar una pena máxima de 60 años de prisión, lo que siente Sangha refleja la autocrítica y arrepentimiento que a menudo surgen en casos de este tipo. Aunque su abogado ha señalado que ella asume la responsabilidad de su papel, queda claro que detrás de su estilo de vida glamuroso en redes sociales se esconde una compleja red de beneficios económicos derivados de la adicción ajena. La llegada de este caso a los tribunales pone en jaque no solo su futuro, sino también las dinámicas del tráfico de drogas en Hollywood.
Las conexiones de Sangha con el mundo de la celebridad enfatizan cómo la adicción y el abuso de sustancias pueden estar interrelacionados con la fama. La investigación ha revelado que su actividad delictiva comenzó en 2019, lo que indica un patrón prolongado de comportamiento irresponsable. Su actitud frente a la muerte de Cody McLaury, una víctima anterior de una sobredosis relacionada con la ketamina, sugiere que estaba plenamente consciente del peligro que implicaba vender este tipo de droga, pero eligió seguir haciéndolo por motivos monetarios. Este caso no solo plantea dudas sobre la responsabilidad individual, sino también sobre el entorno que permite este tipo de conductas.
En conclusión, el caso de Jasveen Sangha es un trágico recordatorio de las luchas que enfrentan muchas celebridades en su vida personal. La adicción a las drogas no solo destruye vidas; también facilita redes de tráfico que juegan con las ilusiones y desgracias ajenas. Con el juicio de Sangha a la vista, la sociedad espera que esta historia sirva como un llamado de atención para abordar el problema del tráfico de drogas y las adicciones en la comunidad artística. La muerte de Matthew Perry podría ser el catalizador que ayude a iluminar la sombra que cubre a las estrellas de Hollywood y el precio que a menudo deben pagar por su fama.