Coalición Democrática: La Propuesta de Álvaro Uribe para las Elecciones 2026 en Colombia
El expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez, quien gobernó de 2002 a 2010, ha comenzado a perfilar las estrategias del Centro Democrático para las elecciones presidenciales y legislativas del próximo año. A pesar de su situación personal —actualmente bajo detención domiciliaria tras ser condenado a doce años de cárcel por fraude procesal y soborno en actuación penal—, Uribe ha propuesto la creación de una “coalición democrática” que aglutine diversas fuerzas políticas, en un intento por fortalecer su partido a medida que se aproxima la contienda electoral.
Uribe destaca la importancia de una gran coalición que no solo una a los sectores de centro y derecha, sino que también se base en principios sólidos y compromisos programáticos. Reconoce que la actual situación política y social del país exige una respuesta unificada frente a la falta de dirección del gobierno actual de Gustavo Petro, el primer presidente de izquierda de Colombia, quien, según Uribe, ha causado un daño significativo al país. La propuesta surge en un contexto donde se registran cerca de 90 precandidatos de distintos sectores, lo que indica una fragmentación del electorado que podría perjudicar las posibilidades del Centro Democrático si no logra consolidar una opción competitiva.
Durante una reciente reunión con los cuatro precandidatos del Centro Democrático, Uribe abordó la necesidad de que el partido explore alianzas basadas en la transparencia y el compromiso político. Los senadores Paloma Valencia, María Fernanda Cabal, Paola Holguín y Andrés Guerra están buscando atraer al electorado de derecha, aunque Uribe ha expresado sus preocupaciones sobre la falta de fuerza de estos candidatos para consolidar una votación masiva. Este escenario hace evidente la necesidad de una estructura más robusta que combine tanto a los principios del partido como a las expectativas de los votantes.
El contexto del partido se ha transformado tras el asesinato de Miguel Uribe Turbay, el quinto precandidato del grupo. Su muerte generó un vacío en la consulta interna que Uribe espera llenar con un nuevo candidato que surja de las filas del partido, evitando así figuras externas que puedan no ser bien recibidas por la base uribista. En este sentido, la figura de Juan Carlos Pinzón, exministro de Defensa, fue un tema de discusión; si bien podría haber aportado su experiencia, la oposición interna por su vinculación con el gobierno de Juan Manuel Santos ha hecho que Uribe descarta su inclusión.
Un punto crucial que Uribe enfatiza es la urgencia de definir un candidato para el Centro Democrático antes de que finalice septiembre, permitiendo así un tiempo adecuado para la preparación de la campaña electoral. La estrategia también incluye la recopilación de la opinión de Miguel Uribe Londoño, presente en las reuniones, quien aporta una perspectiva valiosa tras la trágica pérdida de su hermano. Según Uribe, la construcción de una lista cerrada para el Senado será un componente esencial para las elecciones legislativas programadas para marzo de 2026.
Con menos de un año antes de las elecciones, el Centro Democrático se enfrenta a un camino lleno de desafíos, que requieren una cohesión interna y claridad en su mensaje. La idea de una “coalición democrática” no solo busca atraer a más aliados, sino también restaurar la confianza en la política colombiana, que ha sido fragmentada por la polarización actual. En este contexto, Uribe busca liderar un movimiento que promueva la transparencia, la seguridad y el emprendimiento, principios que considera fundamentales para restablecer el camino democrático del país.
La situación del partido y de Uribe se presenta como un microcosmos de los retos políticos que enfrenta Colombia. La inestabilidad interna, combinada con la necesidad de propuestas sólidas y unificadas, marcarán la pauta para las elecciones de 2026. La capacidad del Centro Democrático para movilizar a su electorado y crear alianzas significativas será crucial si desea competir eficazmente en un panorama político competitivo y en constante transformación. Al final, la estrategia de Uribe podría ser un factor determinante en el futuro político del país, mientras se aproximan las elecciones.