La Transformación Energética en América Latina: Hacia Cocción Limpia para 2035
América Latina y el Caribe enfrentan un desafío significativo en materia de energía, especialmente en lo que respecta al uso de leña como fuente de cocción. Se estima que la región consume alrededor de 62 millones de toneladas de leña al año, representando el 31% del consumo energético residencial. Según un reciente informe de la Organización Latinoamericana de la Energía (Olade), es imperativo que esta dependencia se reemplace para 2035 por alternativas más limpias como cocinas eléctricas o de gas. La inversión necesaria para este cambio se estima en aproximadamente 7,700 millones de dólares.
Para lograr que el 95% de la población acceda a cocción limpia para 2035, es fundamental dotar a cerca de 50 millones de personas con tecnologías modernas de cocción. Esto incluye no solo cocinas eléctricas y de gas, sino también versiones mejoradas de cocinas a leña. Este ambicioso objetivo requerirá la sustitución parcial de la leña por aproximadamente 1,700 millones de metros cúbicos de gas natural, 46 millones de barriles de gas licuado de petróleo (GLIP) y 11,000 megavatios de capacidad eléctrica.
Inversiones Necesarias para la Modernización Energética
Las inversiones deben concentrarse en aumentar las capacidades eléctricas y modernizar las redes de distribución. Un enfoque estratégico en la producción local, así como en la importación de combustibles, también resulta esencial para satisfacer esta nueva demanda energética. La Olade ha enfatizado que el éxito de este plan depende de asegurar precios accesibles, especialmente para los hogares vulnerables, que suelen estar ubicados en zonas rurales donde el suministro es tradicionalmente más barato.
La electrificación del hogar, sin embargo, no puede ocurrir de manera aislada. Debe ir acompañada de una expansión significativa de infraestructura relacionada. La modernización de redes eléctricas será un componente clave para garantizar que el acceso a cocción limpia sea una realidad.
Beneficios de la Transición a Energías Limpias
El reemplazo parcial de la leña por energías modernas, combinado con la adopción de cocinas eficientes, se traduce en un ahorro energético estimado del 33% para 2035 en comparación con la tendencia actual. Este cambio no solo ofrecerá ventajas económicas, sino que también tendrá un impacto positivo en la salud pública, ya que la quema de leña en hogares está asociada a problemas respiratorios y otras enfermedades.
Adicionalmente, la reducción en el uso de leña contribuirá a disminuir la deforestación, un problema ambiental crítico en la región. Esto, a su vez, ayudará a avanzar en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la ONU, especialmente aquellos relacionados con la energía asequible y sostenible.
La Importancia de la Inclusión Social
Uno de los aspectos más críticos de la transición hacia cocción limpia es la necesidad de garantizar que los precios sean asequibles para todos. El acceso a tecnologías modernas de cocción debe ser equitativo, centrando esfuerzos en las comunidades más vulnerables. La cultura local también desempeña un papel crucial: en muchas áreas rurales, el uso de leña es más que una cuestión de costo; está profundamente arraigado en las tradiciones y costumbres alimentarias.
Por lo tanto, la estrategia debe considerar no solo el aspecto económico, sino también la dimensión cultural de la energía. La sensibilización y educación sobre los beneficios de las cocinas limpias son pasos necesarios para facilitar esta transición.
Olade: Impulsando el Cambio en la Región
La Olade, con sede en Quito, actúa como un organismo intergubernamental que busca promover la integración y el uso sostenible de los recursos energéticos en América Latina. Su misión es fundamental en la tarea de fomentar la cooperación entre los países miembros, que incluyen desde Argentina hasta Venezuela.
Desde su fundación en 1973, Olade ha trabajado para facilitar el aprovechamiento racional de los recursos energéticos, promoviendo la comercialización y defensa de estos. En este contexto, la organización desempeña un papel clave en la asesoría técnica y la coordinación de esfuerzos entre los gobiernos de la región para lograr una transformación energética efectiva.
Conclusiones y Futuro Energético
A medida que se acercan los objetivos de 2035, es esencial que los países de América Latina y el Caribe se unan en un esfuerzo colectivo para dejar atrás la dependencia de la leña y adoptar tecnologías de cocción más limpias. Esta transición no solo impulsará el desarrollo sostenible, sino que también mejorará la calidad de vida de millones de personas y protegerá el medio ambiente.
Al garantizar inversiones adecuadas y promoviendo la inclusión social, así como un enfoque en la modernización de infraestructuras, la región tiene la oportunidad de liderar el camino hacia un futuro energético más limpio y accesible. La colaboración con organismos como Olade será crucial en este proceso. Con un enfoque conjunto y sostenido, América Latina puede transformar su panorama energético en las próximas décadas.