El Colegio Nacional de Periodistas (CNP) ha denunciado públicamente que Venezuela se ha convertido en un entorno hostil para el ejercicio del periodismo. Según el secretario general del CNP en Caracas, Edgar Cárdenas, las condiciones para los periodistas han empeorado drásticamente en los últimos años. Las declaraciones hacen eco de la alarmante realidad que enfrentan los trabajadores de los medios, quienes sufren detenciones arbitrarias, el cierre de medios de comunicación y una persecución sistemática por parte de las autoridades. La situación se vuelve más crítica con la creciente tasa de encarcelamientos sin juicio ni condena, una violación grave de los derechos humanos que apunta a un intento de silenciar las voces críticas.
Cárdenas advirtió que hay actualmente 13 periodistas detenidos en el país, a quienes se les han impuesto acusaciones sin evidencia tangible. Esto no solo refleja un brutal abuso de poder, sino también una estrategia de control social que busca restringir la libertad de prensa y de expresión. La indignación del CNP se intensifica ante el hecho de que muchos de estos casos son acompañados por la elaboración de expedientes falsos que confunden y desinforman a la opinión pública. La resistencia a la verdad y al periodismo investigativo pone en riesgo la democracia y los derechos de los ciudadanos a estar informados.
La represión ha escalado notablemente desde las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024, donde el Consejo Nacional Electoral, supuestamente alineado con el oficialismo, declaró a Nicolás Maduro ganador en un proceso tildado de fraudulento por la oposición. Este clima de tensión ha desatado una crisis que afecta no solo a los medios, sino también a la sociedad en su conjunto, que se encuentra limitada en su acceso a información veraz. Tal situación plantea serios interrogantes sobre el futuro de la libertad de prensa en el país y la capacidad del periodismo para desempeñar su rol fundamental en una democracia.
Desde 2007, más de 400 medios de comunicación han cerrado sus puertas en Venezuela, lo que evidencia un ataque sistemático a la prensa. Este año, el CNP ha registrado al menos 54 ataques directos a los periodistas, lo que incluye situaciones de violencia física y verbal, extorsiones y la confiscación de equipos de trabajo. La situación se ha vuelto insostenible, y los profesionales del periodismo se ven obligados a ejercer su labor en un contexto de riesgo constante y condiciones adversas. Las amenazas y el hostigamiento han dejado a muchos en un estado de precariedad, incapaces de cumplir adecuadamente con su deber de informar.
Además, la organización no gubernamental Provea también se ha pronunciado sobre esta problemática. Su coordinador general, Oscar Murillo, ha exigido a las autoridades y al Poder Judicial que pongan fin a la persecución y los ataques a periodistas y defensores de derechos humanos. Esta llamado a la responsabilidad busca crear conciencia sobre la importancia de la prensa libre como un pilar de la sociedad democrática y la protección de los derechos fundamentales de todos los ciudadanos. La interpelación a las autoridades es vital para revertir la creciente ola de violencia y censura.
El CNP ha hecho un llamado urgente a la liberación de los 13 periodistas detenidos injustamente, entre los que se encuentran Gabriel González, Carlos Julio Rojas, Luis López y Ramón Centeno, quienes fueron arrestados antes de las elecciones, así como otros detenidos tras el evento electoral. La petición de su liberación no es solo una demanda por justicia individual, sino un clamor por la restauración del estado de derecho y el respeto al ejercicio del periodismo. La situación en Venezuela exige una respuesta colectiva que proteja a aquellos que se atreven a hablar y a informar, garantizando así que la voz de la sociedad civil siga siendo escuchada en medio de la adversidad.