La Narrativa de EEUU y la Respuesta Venezolana ante el Narcotráfico: Un Análisis
El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, ha expresado preocupaciones sobre el reciente envío de tropas estadounidenses al Caribe, afirmando que se busca imponer una narrativa que “agreda” al país. En un video de Instagram, Padrino destacó que Estados Unidos utiliza un “gran aparato comunicacional” para expandir mentiras sobre Venezuela, sugiriendo que la intención es crear una opinión pública que lo posicione como responsable de los problemas del narcotráfico en la región.
El funcionario subrayó la discrepancia entre la atención que recibe el Caribe frente a la situación del narcotráfico en el Pacífico, donde, según Padrino, se produce una mayor salida de drogas hacia Estados Unidos. Su pregunta retórica sobre por qué las tropas no se despliegan en esa área resalta lo que considera una falta de lógica en las acciones de Estados Unidos. Esto pone de manifiesto una estrategia mediática que, según él, tiene como objetivo deslegitimar al gobierno venezolano y a su presidente, Nicolás Maduro.
Diosdado Cabello, ministro de Interior y Justicia de Venezuela, también se ha manifestado al respecto, afirmando que las fuerzas venezolanas están listas para responder a cualquier actividad militar estadounidense en el Caribe. Cabello insistió en que Venezuela se encuentra libre de producción de drogas, aunque cuestionó el rol de la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos, a la que denominó el “único cartel de drogas que opera abiertamente”. Este tipo de retórica aspira a posicionar al gobierno de Maduro como víctima de una agenda internacional más que como perpetrador de actividades delictivas.
El conflicto entre ambos países se intensificó bajo la administración del expresidente Donald Trump, quien identificó a varios carteles mexicanos como organizaciones terroristas y promovió la idea de que Nicolás Maduro está directamente vinculado con el narcotráfico. La insatisfacción con esta narrativa ha llevado al gobierno venezolano a negar cualquier culpabilidad relacionada con el tráfico de drogas y a acusar a EE. UU. de actuar como un cartel encubierto.
Además, la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, ha afirmado que se han incautado bienes por un valor superior a 700 millones de dólares que han sido vinculados al régimen de Maduro. Esta cifra se ha convertido en un pilar en la argumentación del gobierno estadounidense, que busca justificar sus acciones mediante la acusación de que el gobierno venezolano está involucrado en el crimen organizado.
A medida que las tensiones continúan, es evidente que la política del narcotráfico en la región es un tema delicado y polémico. La narrativa de EE. UU. y la respuesta de Venezuela ilustran cómo los conflictos políticos pueden complicarse, llevando a acusaciones mutuas y alimentando una dinámica de desconfianza. A medida que se despliegan más tropas en el Caribe, es probable que ambos lados mantengan sus posturas, lo que resulta en una prolongación de la confrontación y una mayor polarización de la opinión pública internacional.


