Crecidas de ríos en Mérida y Trujillo: Una Emergencia Climática en Venezuela

Las intensas lluvias del 24 de junio de 2025 han impactado gravemente a los estados Mérida y Trujillo en Los Andes venezolanos. Estas precipitaciones han causado el desbordamiento de ríos y quebradas, lo que ha resultado en inundaciones significativas y deslizamientos de tierra en varias comunidades. Las imágenes que circulan en redes sociales han reflejado la magnitud de la crisis, evidenciando el daño inmediato que han sufrido las infraestructuras y los entornos naturales.

La situación se ha vuelto crítica, especialmente en Mérida, donde las lluvias han causado estragos en carreteras y el sistema eléctrico. El desbordamiento del río Chama en Los Llanitos de Tabay provocó el cierre de la vía Barinas‑Mérida en el tramo Local 001. Comunidades como San Rafael de Mucuchíes, El Pedregal y La Mucuchache han estado sometidas a severas inundaciones, lo que ha llevado a una respuesta urgente de los cuerpos de Protección Civil en la región. La preocupación se centra en preservar la seguridad de los habitantes mientras las autoridades evalúan los daños.

En el estado Trujillo, el municipio Boconó ha sido uno de los más afectados. Tras haber soportado más de 12 horas de lluvias torrenciales, varios sectores, incluidos Miticún, La Vega y La Sabanita, enfrentan la anegación de viviendas. Las autoridades locales están activando protocolos de emergencia, especialmente en la parroquia General Ribas, donde el río Burate ha aumentado su caudal, representando un riesgos para los residentes aledaños. Esta situación ha desatado un sentido de urgencia en las comunidades afectadas, que buscan medidas de protección.

El accionar de las autoridades ha sido clave en este contexto. El alcalde de Boconó, Alejandro García, y su equipo han estado trabajando en un operativo integral de prevención y seguridad. Monitorear los caudales de ríos y arroyos se ha convertido en una tarea prioritaria, además de las labores de despeje de vías bloqueadas por lodo y escombros. Estos esfuerzos son esenciales para facilitar la movilidad y garantizar la seguridad de las comunidades rurales afectadas.

A pesar de los esfuerzos realizados, la situación sigue siendo alarmante debido a la continuada inestabilidad climática en la región. Las autoridades han instado a la población a permanecer calmada y seguir las instrucciones ofrecidas por los organismos oficiales. Es crucial que la comunidad esté informada y actúe con prudencia para evitar mayores riesgos en esta emergencia climática. La cooperación entre ciudadanos y autoridades será esencial para enfrentar los desafíos que vienen.

Finalmente, la crisis de lluvias en Mérida y Trujillo resalta la importancia de la preparación ante eventos climáticos extremos. La solidaridad y la colaboración entre los ciudadanos y los organismos de protección civil son fundamentales en este momento. Las lecciones que se aprendan de esta experiencia serán vitales para mejorar la resiliencia de las comunidades en el futuro, permitiendo una mejor respuesta ante desastres naturales. La situación actual debe servir como un llamado a la acción para fortalecer las medidas de prevención y reaccionar adecuadamente ante emergencias climáticas.

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