La Narrativa de Defensa de Venezuela ante la Agresión Externa
El ministro de Defensa del régimen de Maduro, Vladimir Padrino López, ha alzado la voz contra lo que considera una campaña de desprestigio por parte de Estados Unidos. En un video publicado en su cuenta de Instagram, Padrino López denunció que el aparato comunicacional norteamericano se utiliza para propagar “mentiras sobre Venezuela”, con el objetivo de implementar y justificar planes agresivos hacia el país sudamericano. Según sus declaraciones, esta narrativa busca construir una imagen negativa del país que permita el uso de la fuerza militar bajo una fachada legítima.
Las acusaciones se enfocan en el despliegue militar estadounidense en el mar Caribe, presentado oficialmente como una iniciativa para combatir el narcotráfico. Sin embargo, Padrino López sostiene que estos operativos son parte de una estrategia imperialista más amplia destinada a desestabilizar a Venezuela. En sus declaraciones, enfatizó que las “mayores agresiones imperialistas van precedidas de la preparación de la opinión pública internacional”, una técnica que, a su juicio, se basa en la manipulación y en hechos infundados.
Este enfoque de manipulación de la información es comparado por Padrino López con las tácticas utilizadas por Joseph Goebbels, el jefe de propaganda nazi. La implicación es clara: la narrativa que se construye para justificar intervenciones externas está diseñada para engañar y manipular a la opinión pública, tanto nacional como internacional. Esta estrategia de desinformación no es nueva, pero la forma en que se ha intensificado en la actual coyuntura política es motivo de preocupación para el régimen de Maduro.
En un contexto donde el “desamparo internacional” es una constante, Padrino López también expone la falta de regulación en el ámbito del derecho internacional. Asegura que “las reglas del derecho no existen” y que cualquier falsa acusación puede ser fabricada sin temor a consecuencias. Este vacío normativo, según él, permite que las mentiras se puedan difundir con total impunidad. La percepción de que no existe un Estado de derecho internacional sólido es un argumento que resuena con descontento en numerosas naciones que enfrentan situaciones similares.
Por otro lado, en un despliegue de fuerza, el gobierno de Maduro ha ordenado la movilización de 4 millones de milicianos, quienes fueron instruidos para recibir fusiles de defensa. Esta medida refleja una estrategia de militarización de la sociedad venezolana en respuesta a lo que el régimen percibe como una amenaza inminente. La creación de un “ejército popular” no solo tiene implicaciones para la seguridad interna, sino que también busca generar un sentimiento de unidad y resistencia ante lo que se presenta como un ataque externo.
La retórica del régimen en relación con Estados Unidos no es solo una simple respuesta a las agresiones, sino también una herramienta para consolidar el control interno y justificar políticas de defensa más agresivas. En este sentido, la narrativa de víctima y luchador se convierte en un factor clave en la legitimación del régimen. Padrino López, junto a otros líderes, utiliza estos tiempos de crisis para reforzar la cohesión interna y movilizar a la población en torno a un objetivo común: la defensa de la soberanía nacional frente a lo que consideran un imperialismo amenazante.
En conclusión, la situación en Venezuela es compleja y multifacética, marcada por tensiones internas y externas. La defensa del régimen de Maduro se articula a través de la denuncia de una narrativa hostil que no solo busca desestabilizar al país, sino también legitimar acciones agresivas en el plano militar. El enfoque en la construcción de un marco de defensa popular y la denuncia de mentiras son elementos estratégicos en la lucha del régimen por mantenerse en el poder ante una oposición tanto interna como internacional.