Las relaciones de Irán y América Latina en el contexto de la política de EE.UU.
En el actual panorama geopolítico, las tensiones entre Estados Unidos e Irán están afectando notablemente las relaciones de la República Islámica con América Latina. Recientemente, un alto funcionario del Departamento de Estado de EE.UU. instó a los países de la región a reflexionar sobre su apoyo a un "régimen patrocinador del terrorismo". Este comentario resuena en un momento crucial, ya que se produce tras ataques a instalaciones nucleares iraníes. Washington busca sembrar incertidumbre entre las naciones latinoamericanas acerca de su relación con Teherán, enfatizando que el apoyo a Irán podría tener repercusiones.
Irán ha visto a América Latina como una región de interés estratégico desde principios del siglo XXI, especialmente durante la presidencia de Mahmoud Ahmadinejad, quien realizó numerosas visitas a varios países latinoamericanos. La búsqueda de alianzas con gobernantes de izquierda, como Hugo Chávez en Venezuela, permitió a Irán aliviar su aislamiento debido a sanciones económicas. Las relaciones con estos líderes no se basaron en ideologías compartidas sino en conveniencia, ya que ambos lados enfrentan sanciones y buscan aliados que compartan enemigos.
Venezuela se perfila como el país de América Latina más cercano a Irán, estableciendo vínculos económicos significativos. Teherán ha enviado combustible a Caracas a cambio de petróleo crudo, una asociación que ha permitido a Venezuela reactivar sus refinerías y adquirir tecnología militar. Durante una reciente visita, el presidente iraní Ebrahim Raisi destacó que las relaciones comerciales podrían alcanzar los 10 mil millones de dólares en un futuro cercano. Este diálogo demuestra cómo los lazos entre ambos países trascienden las relaciones diplomáticas convencionales.
Por su parte, Brasil también ha mantenido relaciones comerciales con Irán, alcanzando un intercambio de 3 mil millones de dólares anuales. La política brasileña ha fluctuado entre gobiernos de distintas ideologías, pero el comercio ha continuado. El actual presidente, Lula da Silva, ha apoyado la inclusión de Irán en los BRICS, aunque expertos señalan que Brasil no busca estrechar lazos políticos profundos con Teherán para evitar tensiones con Estados Unidos. Mientras tanto, otros países como Bolivia y Cuba han expresado su rechazo a las acciones de EE.UU. hacia Irán.
Las reacciones a las acciones estadounidenses han sido variadas. Sin embargo, Argentina ha presentado un alineamiento más claro hacia Washington, con su presidente Javier Milei calificando a Irán como "un enemigo". Históricamente, Argentina había sido un socio comercial significativo para Irán, pero las ventas han disminuido drásticamente en los últimos años. Esto sugiere un cambio en la dinámica de poder e influencia en la región, donde algunos países están alineándose más con Estados Unidos ante el contexto de crisis.
Finalmente, aunque la amenaza del terrorismo respaldado por Irán en América Latina no debe ser ni exagerada ni desestimada, la administración estadounidense podría optar por castigar diplomáticamente a naciones que critiquen sus acciones en Irán. Esto podría llevar a un mayor alineamiento en la región con la política de EE.UU. a corto plazo. Sin embargo, este enfoque de mano dura podría generar resentimiento y limitar la influencia de Washington en el futuro, transformando el panorama geopolítico en América Latina.