Crisis en Venezuela y Haití: La OEA bajo la lupa de EE. UU.
En la última Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Antigua y Barbuda, Christopher Landau, subsecretario de Estado de EE. UU., criticó abiertamente la respuesta de la OEA ante la crisis en Venezuela. Landau cuestionó la efectividad de la organización, señalando su "incapacidad" para abordar una situación en la que un régimen, encabezado por Nicolás Maduro, ignora las normas internacionales y compromete la integridad territorial. Esta valoración pone de relieve una creciente preocupación sobre el papel de la OEA en la política internacional y su capacidad para intervenir efectivamente en crisis regionales.
El subsecretario Landau enfatizó que, bajo instrucciones del presidente Donald Trump, el Departamento de Estado está revisando la participación de EE. UU. en varias organizaciones internacionales, incluida la OEA. "No tengo claro cómo terminará esta revisión", indicó, lo que sugiere una posible reevaluación del apoyo estadounidense a este organismo. Landau subrayó que el desempeño de la OEA frente a la crisis venezolana, donde Maduro asumió un nuevo mandato en medio de acusaciones de fraude electoral, es una evidencia de su falta de eficacia. Este marco crítico plantea interrogantes sobre el futuro de la OEA y su relevancia en un contexto de crisis.
Al abordar la situación venezolana, Landau mencionó las denuncias de la oposición democrática, destacando que el candidato opositor, Edmundo González Urrutia, ganó las elecciones de manera contundente. Sin embargo, enfatizó que la OEA ha hecho poco para responder a este "descarado fraude electoral". Este cuestionamiento resuena entre muchos países de la región que han estado lidiando con las repercusiones de la emigración masiva de venezolanos, exacerbada por el descontento social y político en su país. La crítica de Landau evidencia una creciente frustración contra la inacción de la OEA en un momento en que se requieren decisiones firmes y acciones concretas.
Además de la crisis en Venezuela, Landau dirigió su mirada hacia Haití, un país que, según él, "se hunde en el caos". Al recordar la misión de seguridad liderada por Kenia en Haití, Landau insistió en que EE. UU. no puede afrontar solo esta carga, cuestionando el rol pasivo de la OEA. “Si la OEA no puede desempeñar un papel constructivo en Haití, nos preguntamos por qué existe”, subrayó. Estas declaraciones reflejan la urgencia de una respuesta más coordinada y efectiva por parte de organizaciones como la OEA frente a situaciones de crisis humanitaria y política.
El subsecretario también hizo un llamado a los Estados miembros para que apoyen la candidatura de Rosa María Payá, disidente cubana, como miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Esta propuesta destaca la necesidad de reforzar la defensa de los derechos humanos en la región, una tarea que Landau considera crítica para la credibilidad de la OEA. “Es hora de que la OEA muestre resultados, que apoye al pueblo de Venezuela y Haití no solo de palabra”, afirmó Landau, lo que sugiere que las palabras deben ir acompañadas de acciones pertinentes.
Finalmente, la crítica de Landau a la OEA invita a una reflexión más profunda sobre la efectividad de las instituciones internacionales en la gestión de crisis en América Latina. La interrogante sobre la capacidad de la OEA para adaptarse a las nuevas realidades políticas y sociales de la región se vuelve relevante. Mientras tanto, la comunidad internacional observa cómo se desarrollan estas dinámicas, con la esperanza de que acciones concretas puedan surgir de la retórica actual, beneficiando así a las poblaciones afectadas por crisis prolongadas y complejas.