Venezuela: La Lucha por los Derechos Humanos en un Contexto de Represión
La organización no gubernamental Provea ha denunciado la detención injusta de cinco defensores de derechos humanos en Venezuela, resaltando la necesidad urgente de que el gobierno libere a estas personas y respete sus compromisos internacionales en materia de derechos humanos. Esta situación alarmante pone de manifiesto la grave crisis que enfrenta el país en términos de libertades civiles y la defensa de los derechos humanos.
Entre los detenidos se encuentra Rocío San Miguel, quien fue arrestada en febrero de 2024 bajo acusaciones de “terrorismo y traición a la patria”. Su detención ha sido duramente criticada, ya que muchos consideran que su verdadera “delito” es abogar por los derechos humanos en un entorno hostil. Por otro lado, Javier Tarazona, director de Fundaredes, fue capturado en 2021 por denunciar amenazas a su integridad personal, subrayando el riesgo que enfrentan aquellos que se atreven a hablar en contra del gobierno.
Provea también ha señalado el caso de Eduardo Torres, un abogado defensor de trabajadores y presos políticos que sufrió desaparición forzada durante ocho días antes de ser localizado en El Helicoide, una instalación del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en Caracas. Desde su reclusión, Torres ha estado aislado, lo que resalta la falta de protección y garantías judiciales que enfrentan los defensores de derechos humanos en el país.
El caso de Kennedy Tejeda, también abogado y asociado a la ONG Foro Penal, es otro ejemplo inquietante. Tejeda fue arrestado el 2 de agosto en Carabobo mientras intentaba proporcionar asistencia legal, y estuvo desaparecido durante 20 horas antes de ser trasladado a la sede de la DGCIM sin acceso a un abogado, lo que plantea serias dudas sobre el respeto a los derechos procesales en Venezuela.
Carlos Julio Rojas, otro defensor de derechos humanos, fue apresado en abril de 2024 bajo acusaciones de “terrorismo y magnicidio”. Su situación es parte de un patrón más amplio de detenciones arbitrarias y violaciones de derechos, donde los acusados sufren incomunicación y aislamiento, violando así sus derechos fundamentales al debido proceso.
Desde la ONU, el alto comisionado Volker Türk ha exigido la liberación inmediata e incondicional de estas personas, denunciando las condiciones inhumanas que enfrentan los detenidos, como el aislamiento prolongado, la falta de atención médica y las desapariciones forzadas. A pesar de esto, el presidente Nicolás Maduro y el fiscal general Tarek William Saab continúan negando la existencia de presos políticos, argumentando que los detenidos han cometido delitos comunes.
Las organizaciones no gubernamentales y los sectores opositores en Venezuela rechazan estas afirmaciones, destacando que la represión se ha convertido en una herramienta del gobierno para silenciar voces disidentes. Actualmente, Foro Penal reporta la existencia de 934 presos políticos, reflejando un clima de miedo y represión que continúa afectando a defensores de derechos humanos en el país.