Denuncias de Abuso Sexual en la UCV: El Caso de Jaime López Sanz
En los últimos años, el movimiento MeToo ha sembrado el camino para la denuncia de abusos sexuales a nivel mundial, y Venezuela no ha sido la excepción. En 2021, varias estudiantes de la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela (UCV) comenzaron a elevar denuncias contra el profesor Jaime López Sanz, quien ha sido señalado por numerosos casos de acoso sexual. Sorprendentemente, casi cinco años después, las autoridades de la UCV no solo han mantenido al profesor en su puesto, sino que además le han asignado una nueva materia, generando indignación entre la comunidad estudiantil.
La falta de acciones por parte de la UCV ha llevado a las estudiantes a tomar medidas drásticas para protegerse. En una reciente decisión, las estudiantes optaron por no inscribir la materia que el profesor impartiría, lo que llevó al cierre de la cátedra. Esta medida pone de manifiesto la necesidad de una respuesta más contundente por parte de las autoridades académicas frente a denuncias tan graves. La comunidad universitaria ha hecho eco del descontento, pues la decisión de no remover al profesor de su puesto resalta la falta de compromiso de la administración con la seguridad de sus estudiantes.
Las mujeres que han denunciado al profesor López Sanz han reafirmado sus testimonios, expresando su frustración ante la inacción de la universidad. Muchas de estas denuncias fueron elevadas en 2021 ante el Consejo Universitario de la UCV, pero para el 2025, estas jóvenes enfrentan la exigencia de repetir sus denuncias, desestimando las realizadas anteriormente. Este procedimiento ha sido considerado por muchas como una forma de revictimización, exacerbando el impacto emocional que ya habían experimentado.
Una de las víctimas, que optó por permanecer en el anonimato, relató su experiencia con el profesor, quien era un conocido psicoanalista en la UCV. La joven reveló que, tras acudir a sesiones de terapia con López Sanz, se dio cuenta de que él nunca se había graduado de un instituto de terapia, careciendo de la certificación adecuada para ofrecer servicios terapéuticos. Este hecho, sumado a su posición de poder dentro de la universidad, le permitió manipular y abusar de estudiantes, lo que ha generado un clamor por justicia y un entorno de protección para las víctimas de estos abusos.
Otras denunciantes han compartido su experiencia en redes sociales, describiendo comportamientos misóginos y abusivos por parte de López Sanz. Una de ellas narró un incidente en el que el profesor la tocó inapropiadamente en un almuerzo, ante lo cual ella se sintió impotente y vulnerable. Estas declaraciones subrayan un patrón de abuso que ha persistido a lo largo de los años, sugiriendo que el ambiente académico ha permitido el crecimiento de una cultura de silencio y complicidad.
Las víctimas de Jaime López Sanz han pedido un cambio en la cultura dentro de la UCV, donde se priorice la seguridad y bienestar de los estudiantes. Una de las jóvenes denunció que las autoridades y otros profesores han optado por guardar silencio ante las acusaciones, perpetuando un entorno en el que los abusos pueden florecer sin consecuencias. Las estudiantes enfatizan que la universidad debe actuar como un espacio seguro donde se respete la dignidad de todos, ya que la existencia de un ambiente tóxico no solo perjudica a las víctimas, sino que también socava la integridad de la institución misma.
La situación actual de la UCV con respecto al caso de Jaime López Sanz plantea serias interrogantes sobre la responsabilidad institucional ante las denuncias de abuso sexual. La falta de un protocolo claro y efectivo para manejar tales casos sugiere la necesidad urgente de reformar las políticas de protección estudiantil. Con la comunidad universitaria exigiendo un cambio, el clamor por justicia se alza no solo a favor de las víctimas, sino también por una educación en donde todos se sientan seguros y valorados. El futuro de la UCV deben estar centrado en la creación de un entorno de respeto, donde cada voz pueda ser escuchada y donde la justicia prevalezca, asegurando que casos como el de Jaime López Sanz no sean tolerados jamás.