Conflicto entre Venezuela y Guyana por el Buque ‘One Guyana’ en el Esequibo
El reciente arribo del buque de producción, almacenamiento y descarga flotante (FPSO) ‘One Guyana’ en aguas del Esequibo ha desatado una ola de tensiones entre Venezuela y Guyana. El régimen de Nicolás Maduro lo ha declarado ilegal mediante un comunicado oficial emitido por la Cancillería venezolana, que sostiene que esta acción representa una violación del derecho internacional. En el documento, el gobierno venezolano enfatiza que el proceso llevado a cabo por el gobierno guyanés, en asociación con la compañía ExxonMobil, infringe principios fundamentales que prohíben la adopción de medidas unilaterales en territorios cuya delimitación aún no ha sido acordada.
El régimen de Maduro ha reiterado su "vocación de paz", pero a la vez ha subrayado su determinación de defender con firmeza sus derechos soberanos. La nota también recuerda que el gobierno de Guyana ha incumplido el Acuerdo de Argyle, firmado en 2023 en San Vicente y las Granadinas, lo que, según Venezuela, complica aún más la situación. Dicha declaración pone de manifiesto la preocupación de Caracas por los movimientos que puedan alterar el equilibrio en una zona que es objeto de disputas territoriales desde hace tiempo.
El buque ‘One Guyana’, destinado a generar casi un millón de barriles de petróleo en alta mar, se ha convertido en un símbolo de las tensiones energéticas entre ambos países. Este desarrollo no solo tiene implicaciones económicas, sino que también intensifica la competencia por el control de los recursos naturales en una región que es rica en petróleo. La llegada del FPSO ha sido vista por Caracas como un intento provocador de Guyana por consolidar su presencia en el Esequibo, una franja terrestre que Venezuela reclama como parte de su territorio.
La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) de Venezuela también ha respondido con medidas de seguridad, declarando un estado de "alerta" ante lo que considera un plan de "falsa bandera". Según la vicepresidenta Delcy Rodríguez, hay indicios de una operación conjunta entre Estados Unidos y ExxonMobil para generar confusión y potencialmente intensificar un ataque contra la petrolera estadounidense en aguas no delimitadas entre ambos países, lo cual podría ocasionar un conflicto armado.
La situación se ha complicado aún más con la intervención de la política estadounidense. Durante una visita a Georgetown, el senador Marco Rubio advirtió sobre las "consecuencias" que enfrentaría Venezuela si decidiera atacar a Guyana. Esta declaración ha sido interpretada como un respaldo a la soberanía guyanesa y máxime después de que el propio Guyana denunciara una supuesta incursión de un buque militar venezolano en sus aguas. La comunidad internacional permanece atenta a los acontecimientos, ya que cualquier escalada en las hostilidades podría tener repercusiones regionales significativas.
Finalmente, Delcy Rodríguez ha apuntado a Rubio y a Erik Prince, el fundador de la firma de seguridad Blackwater, como los instigadores de este plan de ataque de "falsa bandera". Este tipo de acusaciones refleja la profundidad del conflicto y cómo se ha enraizado en la política interna y externa de ambos países. A medida que la situación evoluciona, queda claro que el Esequibo es más que un territorio en disputa; es un punto neurálgico en la rivalidad geopolítica que involucra intereses económicos, seguridad y la promoción de los derechos soberanos en la región. La comunidad internacional deberá actuar como mediadora para prevenir un posible conflicto que podría desestabilizar aún más a América del Sur.