El Futuro de las Tradiciones Venezolanas a Través del Diseño: La Historia de Juan Cortizo y Quíbor
Juan Cortizo, un joven diseñador venezolano, ha captado la atención del mundo del diseño con su innovador proyecto Quíbor, presentado en el prestigioso SaloneSatellite de Milán en 2025. Su enfoque busca revitalizar las tradiciones artesanales de su país y proyectarlas hacia el futuro en un contexto moderno. A su regreso a Caracas, Cortizo inauguró una exposición en el Instituto de Diseño de Caracas, donde las maquetas y piezas de Quíbor se convirtieron en una celebración de la rica herencia cultural de Venezuela, especialmente del estado Lara.
La exhibición no solo muestra la evolución del diseño de Cortizo, sino que también resalta la labor de los artesanos que han colaborado en su proceso creativo. Con piezas funcionales como altavoces Bluetooth y lámparas, esta colección relata una historia de colaboración y talento. Cortizo destaca que sin el trabajo de los artesanos de Quíbor, su visión no habría sido posible. Este enfoque en la colaboración refleja la esencia del diseño venezolano: crear en conjunto para preservar la cultura.
Jorge Wahbeh, director del Instituto de Diseño, subrayó el significativo logro de Cortizo, quien a sus 24 años se convierte en el diseñador más joven en ser reconocido en el SaloneSatellite. Para Wahbeh, la exhibición de Quíbor simboliza "un sueño cumplido" y representa un hito para el diseño venezolano. Más allá de un premio, se considera un acto de resistencia cultural y un vehículo para cimentar la identidad nacional en un mundo globalizado.
El diseño no se limita solo a cuestiones estéticas; según Wahbeh, es una herramienta esencial para el desarrollo social y económico del país. Quíbor es un ejemplo de cómo el arte y la artesanía pueden trabajar en conjunto para generar oportunidades y promover la riqueza cultural de Venezuela. Este proyecto no solo preserva técnicas artesanales, sino que también revitaliza espacios y conecta a las comunidades.
Cortizo ha forjado alianzas con artesanos locales, desafiando las normas tradicionales y aportando una nueva perspectiva al oficio de la carpintería. Trabajando mano a mano con maestros carpinteros y otros artesanos, ha logrado integrar técnicas ancestrales con innovaciones contemporáneas, lo que no solo resalta la riqueza manual de las tradiciones venezolanas, sino que también abre puertas a nuevas posibilidades en el diseño.
Finalmente, el viaje de Juan Cortizo a Milán simboliza un renovado compromiso con la identidad cultural y el futuro de las tradiciones en el mundo moderno. Con su pasión y creatividad, Cortizo está no solo redefiniendo lo que significa ser un diseñador en Venezuela, sino que también está enviando un mensaje de esperanza sobre la preservación de lo propio en la era global. Quíbor representa la posibilidad de un futuro donde el arte y la cultura local puedan florecer, incluso en las circunstancias más desafiantes.