La Situación de Josnars Baduel: Una Denuncia de Represión en Venezuela
La situación de Josnars Adolfo Baduel, detenido en el centro penitenciario Rodeo I en Venezuela, refleja un alarmante patrón de represión contra presos políticos en el país. Andreina Baduel, activista y hermana del preso político, ha denunciado que su hermano ha sido sometido a un aislamiento absoluto durante tres semanas, sin posibilidad de visitas, comunicación ni acceso a medicamentos. Este aislamiento, que ella describe como una forma de “castigo, hostigamiento y tortura”, pone en riesgo la salud y la dignidad de los detenidos, y paraliza el vínculo familiar en tiempos de crisis.
En las últimas semanas, Andreina ha tenido que enfrentarse a la dura realidad de que no puede entregarle a su hermano ni medicinas ni artículos personales. Las autoridades penitenciarias han obligado a la familia a canalizar la paquetería a través de otros presos, lo que genera incertidumbre sobre si los tratamientos médicos realmente llegan a Josnars. La activista señala que estas restricciones no solo afectan a su hermano, sino que forman parte de una política institucional más amplia destinada a deshumanizar a los presos políticos en Venezuela.
Según Andreina, la incertidumbre y el sufrimiento de su hermano se agravan por su ya comprometida salud, deteriorada tras cinco años de torturas. Las denuncias sobre las condiciones de reclusión en el Rodeo I han sido confirmadas por organismos internacionales. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha calificado el aislamiento prolongado como una forma de tortura que afecta profundamente a la vida y dignidad de los detenidos y sus familias.
La situación de Josnars Baduel es una entre muchas en un contexto donde otros opositores, como Biagio Pilieri y Perkins Rocha, han estado recluidos bajo condiciones igualmente extremas. Andreina subraya que el Rodeo I no opera como un centro penitenciario legítimo, sino como un espacio de tortura donde los derechos humanos son sistemáticamente violados. La activista ha reiterado que la falta de protección y el inaceptable trato hacia los presos políticos son una realidad que no puede ser ignorada por la comunidad internacional.
La intervención de Andreina Baduel y sus denuncias se producen en un contexto de miedo e intimidación, en el que los presos políticos se convierten en víctimas de una estrategia del gobierno para silenciar a la oposición. La familia de Josnars se encuentra en una lucha constante por su libertad y bienestar, mientras se esfuerzan por atraer la atención sobre su situación y la de otros detenidos en condiciones similares.
Andreina, al hablar sobre la desesperación que siente por la seguridad de su hermano, también recordó con tristeza el caso de su padre, Raúl Isaías Baduel, quien murió bajo custodia estatal en 2021. Su angustia se centra en la posibilidad de que la historia se repita y que Josnars no reciba la atención y el tratamiento que necesita. “Temo que esto se normalice. Temo que el silencio siga siendo cómplice de la impunidad y el olvido”, afirmó, resaltando el desafío que enfrenta no solo su familia, sino todos los que luchan por los derechos humanos en un país donde la represión se ha institucionalizado.
Conclusión
El caso de Josnars Baduel no es solo una tragedia personal; es un reflejo de una crisis más profunda que afecta a numerosos venezolanos encarcelados por razones políticas. La comunidad internacional debe prestar atención a estos casos y presionar por el respeto a los derechos humanos en Venezuela, buscando mecanismos efectivos para aliviar la situación de los presos políticos y promover su liberación. Es fundamental que la voz de aquellos que sufren en silencio sea escuchada, y que las garantías de dignidad y salud sean restauradas en un sistema que ha fallado en proteger a sus ciudadanos.