Aumento Alarmante de la Producción de Cocaína en América Latina: Implicaciones Globales
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) ha revelado en su Informe Mundial sobre las Drogas 2025 un aumento sin precedentes en la producción ilegal de cocaína. Con un total de 3.708 toneladas, esta cifra representa un incremento del 34% en comparación con 2022 y marca un alarmante crecimiento de diez veces respecto a la producción registrada hace una década. Este fenómeno es motivo de preocupación no solo para América Latina, sino para el mundo entero, debido a sus repercusiones en la salud pública, la seguridad y la economía.
Colombia, que se mantiene como el principal productor de cocaína en la región, alberga 253.000 de las 376.000 hectáreas de cultivo de hoja de coca registradas. La ONUDD indica que esta superficie cultivada ha aumentado un 10% respecto al año anterior. Este crecimiento se debe en gran parte a la presencia de disidentes de la guerrilla de las FARC, quienes, tras no firmar el acuerdo de paz, han tomado control de vastas áreas rurales y han convertido la producción de cocaína en una actividad lucrativa.
Por otro lado, en Bolivia, la superficie cultivada se mantiene estable con aproximadamente 25.300 hectáreas, mientras que en Perú se ha registrado una ligera disminución, cayendo a cerca de 92.784 hectáreas. Este escenario destaca la complejidad del problema de la cocaína en la región, donde cada país enfrenta sus propios desafíos en la lucha contra el narcotráfico.
En 2023, se produjeron 2.600 toneladas de cocaína en Colombia, lo que refleja un impresionante aumento del 53% en comparación con el año anterior. Este incremento está centrado en el suroeste colombiano, donde los disidentes de la FARC controlan el narcotráfico. Este crecimiento en la producción no solo pone en peligro la estabilidad de estas comunidades, sino que también alimenta un ciclo de violencia que se ha consolidado en las regiones más afectadas por el conflicto.
El informe de la ONUDD también señala un alarmante aumento en las incautaciones a nivel global, que alcanzaron un máximo de 2.275 toneladas, incrementándose un 68% en los últimos cuatro años previos a 2023. Esta cifra ilustra la creciente capacidad de las autoridades para enfrentar el tráfico de droga, pero también pone de manifiesto la magnitud del problema. Mientras tanto, el número de consumidores de cocaína ha crecido a 25 millones, en comparación con 17 millones hace diez años, reflejando un cambio en las dinámicas de consumo que se vuelven más prominentes en sociedades acomodadas.
Angela Me, directora de investigación de la ONUDD, destacó que la cocaína ha ganado popularidad en sectores más adinerados, creando un "círculo vicioso" entre el aumento del consumo y la producción. Este fenómeno no solo afecta a América Latina; los traficantes han comenzado a explorar nuevos mercados en Asia y África, ampliando su alcance y complicando la lucha contra el narcotráfico.
Finalmente, la ONUDD advierte que la violencia y la competencia en el ámbito ilícito de la cocaína, que históricamente estuvo restringido a América Latina, ahora se están expandiendo hacia Europa Occidental. La influencia creciente de los grupos de delincuencia organizada de los Balcanes en el mercado de la cocaína añade una nueva dimensión a este problema, posicionando a la cocaína como un desafío global que requiere de respuestas concertadas y efectivas de la comunidad internacional.
En resumen, el aumento de la producción de cocaína es un fenómeno alarmante que tiene implicaciones profundas para la salud pública, la seguridad y la estabilidad en las regiones afectadas. La comunidad internacional debe priorizar la cooperación y la estrategia para enfrentar no solo los síntomas, sino las raíces del narcotráfico en América Latina y el resto del mundo.
