La Detención de Nakary Mena Ramos: Un Nuevo Capítulo en la Represión de la Libertad de Prensa en Venezuela
Este jueves, el mundo del periodismo en Venezuela fue sacudido por la noticia de la imputación de Nakary Mena Ramos, periodista del medio Impacto Venezuela, y su esposo, Gianni González. Ambos fueron acusados de "instigación al odio y noticia falsa" en un contexto donde la libertad de expresión se encuentra seriamente amenazada. La detención se produjo tras la desaparición de la pareja, que se prolongó desde el martes hasta que se confirmó su presentación ante un tribunal en Caracas, sin la presencia de un abogado privado. Este caso ha sido elogiado por el Colegio Nacional de Periodistas (CNP) en su seccional Caracas, el cual alertó sobre el abuso contra la libre prensa en el país, enfatizando la gravedad de la situación.
El motivo detrás de la imputación involucra un informe que Mena Ramos realizó sobre la ola de migrantes venezolanos expulsados de Estados Unidos, muchos de los cuales fueron señalados por cometer delitos. A medida que aumentaba la preocupación pública sobre la seguridad en el país, especialmente en redes sociales como TikTok, se generaron denuncias acerca de robos en Caracas, asociados a estos deportados. En su informe, la periodista abordó la situación, citando a autoridades como el ministro de Interior, Diosdado Cabello, y el abogado Joel García, quien advertía sobre la necesidad de no estigmatizar a los migrantes. Sin embargo, el presidente Nicolás Maduro, en su programa "Con Maduro +", denunció lo que calificó como una "campaña" para vincular robos a migrantes, un contexto que llevó a la represión de Mena Ramos y su esposo.
El día de su detención, Michel Caballero, un comunicador pro-gobierno, hizo eco de las acusaciones contra Mena en su cuenta de X, insinuando que su reporte carecía de fuentes confiables. Pocos días después, el CNP y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa confirmaron que ambos habían sido trasladados a prisiones extremas en el Área Metropolitana de Caracas. Nakary Mena fue llevada al Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF) en Los Teques, mientras que Gianni González fue enviado al centro penitenciario Rodeo II, en Guatire. La situación es especialmente crítica, considerando que la pareja es padre de una niña de apenas cinco años, quien ahora enfrenta el desamparo y la incertidumbre.
El medio Impacto Venezuela, tras la detención, emitió un comunicado pidiendo la liberación de ambos y describiendo el sufrimiento de su hija. También se mencionó la delicada situación de salud de la periodista, quien no cuenta con familiares cercanos en el país en este momento. La detención de Nakary Mena Ramos no es un caso aislado; según datos del CNP, la cifra de periodistas y trabajadores de la prensa encarcelados en Venezuela ha ascendió a 13, lo que demuestra un patrón constante de persecución y criminalización del ejercicio periodístico. Esta situación plantea serias preguntas sobre el estado de la libertad de expresión en el país.
El gremio periodístico ha expresado su alarma ante lo que ellos llaman un proceso creciente de criminalización del ejercicio del periodismo y del derecho a informar. La detención de Mena y González pone de relieve la creciente represión que los comunicadores enfrentan al intentar abordar temas de interés público, especialmente aquellos que cuestionan al gobierno. Esta realidad contrasta fuertemente con los principios democráticos y los derechos humanos, situando a Venezuela en una continua lucha por la libertad de prensa.
Las implicaciones de este caso son profundas no solo para los profesionales del periodismo, sino también para la sociedad venezolana en su conjunto. Una prensa libre es fundamental para el correcto funcionamiento de cualquier democracia, y la represión del periodismo solo perpetúa un ciclo de desinformación y control social. La comunidad internacional debe observar con atención estos acontecimientos y actuar, presionando al gobierno venezolano para que respete los derechos de sus ciudadanos, incluidos el derecho a la libre expresión y el acceso a la información veraz.
En conclusión, la detención de Nakary Mena Ramos y su esposo es un recordatorio doloroso de la precariedad de la libertad de prensa en Venezuela. Mientras el régimen continúa persiguiendo a los que osan informar sobre la realidad del país, la sociedad se ve privada de una fuente vital de información. La libertad de prensa no es solo un derecho de los periodistas; es un derecho de todos los ciudadanos a estar informados. La lucha por la verdad y la justicia continúa, y es imperativo que todos nos unamos en la defensa de quienes arriesgan sus vidas para informar y mantener la democracia viva.













