Denuncia de la Fundación El Amparo contra el presidente Nayib Bukele: Un llamado a la justicia internacional
La Fundación El Amparo, bajo la dirección de Walter Márquez, ha anunciado una acción legal significativa contra el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en relación con la deportación de más de 200 migrantes venezolanos. Estos deportados, acusados de estar relacionados con el Tren de Aragua, una organización criminal originaria de Venezuela, enfrentan serias dudas sobre su tratamiento y estado legal en el país centroamericano. La denuncia se presentará ante la Corte Penal Internacional (CPI) y plantea importantes preocupaciones sobre derechos humanos y el tratamiento de los migrantes.
Durante una conferencia de prensa virtual, Márquez enfatizó la necesidad de responsabilizar a Bukele y a su equipo por lo que considera detenciones arbitrarias. La Fundación ha tomado la decisión de acudir a instancias internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), para solicitar medidas cautelares que protejan a los deportados. Según Márquez, muchos de ellos han sufrido maltratos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en El Salvador, lo que pone en evidencia un grave problema humanitario.
Las declaraciones de Márquez destacan la falta de comunicación y asistencia legal disponible para los presos. A pesar de la intención de varios familiares de visitar a los detenidos, les fue imposible acceder a ellos. Este aislamiento extremo y la ausencia de un juicio justo para estos migrantes acentúan la preocupación sobre su bienestar y futuro en El Salvador, donde no han cometido delitos. La situación legal nebulosa de los deportados genera un clima de incertidumbre y angustia tanto para los migrantes como para sus familias.
El abogado de la Fundación defiende la inocencia de los deportados, argumentando que no hay pruebas que los vinculen con el Tren de Aragua. Destaca que tal asociación debería haber sido demostrada en los tribunales estadounidenses antes de la deportación. Márquez insta a que las autoridades salvadoreñas inicien una investigación sobre las condiciones de estos migrantes y sobre la legalidad de su deportación. La falta de respuesta a los habeas corpus que han presentado las familias reafirma la gravedad de la situación.
La ONU también ha hecho eco de las preocupaciones sobre la posible desaparición forzada de los venezolanos deportados. Liz Throssell, portavoz del organismo, señaló que la “completa incertidumbre” sobre su estado y paradero es preocupante, especialmente porque las autoridades de ambos países no han proporcionado listados oficiales de detenidos. Esto deja a los migrantes en una situación legal extremadamente precaria, crucial para entender el contexto humanitario en el que se encuentran.
La denuncia por parte de la Fundación El Amparo representa no solo un ataque frontal contra las políticas migratorias de Bukele, sino también una lucha por la defensa de los derechos humanos. En un momento crucial para la diáspora venezolana, este caso podría sentar un precedente para el tratamiento de migrantes en toda la región. La atención internacional podría ser un factor decisivo para presionar a las autoridades a respetar y proteger a aquellos que buscan refugio y oportunidades, evitando más injusticias en el contexto actual de migración forzada.
En conclusión, la situación de los migrantes venezolanos en El Salvador pone de relieve la necesidad urgente de que se respeten los derechos humanos y se garantice un tratamiento justo para todos. La acción de la Fundación El Amparo puede representar una clave para enfrentar la impunidad y los abusos en el ámbito migratorio, instando a la comunidad internacional a mantenerse vigilante y comprometida con la protección de las personas más vulnerables. La apuesta por un periodismo libre y comprometido es fundamental para seguir visibilizando estas problemáticas y contribuir a un cambio real.