La compleja situación política de Israel: Netanyahu, Gaza e Irán

La tensión política en Israel ha alcanzado nuevos niveles tras la reciente declaración del primer ministro, Benjamin Netanyahu, sobre una aparente victoria en la lucha contra Irán. Netanyahu ha expuesto su creencia de que es el único capaz de derrotar a Hamás en Gaza y de establecer acuerdos significativos en la región. Este contexto ha llevado a una mirada crítica sobre sus decisiones, especialmente la que tomó en marzo al rechazar un alto el fuego en un momento clave para negociar el regreso de rehenes secuestrados y una retirada gradual de las tropas israelíes. Muchos observadores aquilatan su decisión como un "suicidio político".

En el marco de este conflicto, el acuerdo de alto el fuego logrado por el enviado de Donald Trump, Steve Witkoff, había permitido la liberación de numerosos rehenes a cambio de prisioneros palestinos. Sin embargo, la reanudación de los ataques en Gaza por parte de Netanyahu parece haberse priorizado en función de su ambición política, pasando a segundo plano el bienestar de los rehenes y las implicaciones para la población civil de Gaza. Esta situación ha generado indignación entre los israelíes, especialmente aquellos que tienen familiares secuestrados, quienes acusan al primer ministro de anteponer su estabilidad política a la seguridad ciudadana.

Desde el oportuno enfrentamiento con Irán, donde ambos países intercambiaron bombardeos, la popularidad de Netanyahu ha sufrido un severo golpe. Contrario a lo que él esperaba, las encuestas indican que su apoyo no se está recuperando tras esta reciente defensa militar. Aunque Netanyahu reafirmó su compromiso de continuar en el cargo y cumplir con sus "misiones", el clima político se ha vuelto cada vez más frágil con un Likud que no parece tener los votos suficientes para gobernar en solitario.

Uno de los puntos más críticos que aborda la opinión pública es la insatisfacción con la prolongación del conflicto en Gaza. Encuestas recientes sugieren que el 59% de los israelíes desea que cesen las hostilidades, principalmente a cambio del regreso de los rehenes. Esto plantea un dilema significativo para Netanyahu, quien, a pesar de su habilidad política, enfrenta una creciente desconfianza por parte de la población. Según investigaciones recientes, menos del 50% de los israelíes confían, ya sea en su totalidad o parcialmente, en su liderazgo, lo que pone en entredicho su capacidad de gobernar.

A medida que la situación avanza, Netanyahu se encuentra en una encrucijada: seguir una línea de dureza militar o contemplar la posibilidad de elecciones anticipadas, una decisión arriesgada que podría acarrear serias consecuencias políticas. La profesora Tamar Hermann, del Instituto para la Democracia de Israel, subraya que esta decisión podría ser más arriesgada que la propia confrontación militar. Las tensiones por el conflicto en Gaza, junto con los escándalos de corrupción, han creado un ambiente incierto que podría complicar cualquier intento de avanzar hacia una nueva campaña electoral.

Netanyahu, además, se enfrenta a un caso judicial de gran relevancia, con cargos de corrupción que van desde el soborno hasta el fraude. Sus intentos de aplazar las audiencias han sido rechazados, lo que genera más presión sobre su figura política. La percepción de que está utilizando su conflicto con Irán para distraer a la opinión pública de sus problemas legales ha calado hondo, y esto ha sido señalado por sus opositores como una maniobra desesperada en un entorno político altamente polarizado.

En conclusión, la situación de Netanyahu es cada vez más complicada mientras continúa la guerra en Gaza y los rehenes permanecen en manos de Hamás. Con una ciudadanía cansada del conflicto y cuestionando sus decisiones, así como con acusaciones de corrupción que acechan su mandato, el primer ministro se encuentra en un momento decisivo que podría definir no solo su futuro político, sino también el rumbo de Israel en el contexto regional. La incertidumbre que rodea su liderazgo hace que sea difícil prever lo que vendrá en los próximos meses, pero queda claro que su capacidad para navegar estos desafíos será fundamental para su administración.