La situación de los migrantes venezolanos en Ecuador: desafíos y realidades
Ecuador ha visto un notable aumento en la población de migrantes venezolanos, con aproximadamente 440.450 ciudadanos de Venezuela en el país, según el informe del Grupo de Trabajo para Refugiados y Migrantes de Venezuela (GTRM) publicado en 2025. Este número refleja una ligera disminución del 0,97% en comparación con 2024. Del total de personas con estatus de refugiado en Ecuador, más del 95% son colombianos, lo que subraya la complejidad de la crisis de desplazamiento en la región. Este delito humanitario ha llevado a muchos venezolanos y colombianos a buscar refugio en Ecuador, que enfrenta serias dificultades en la gestión de esta crisis.
La tasa de irregularidad entre los venezolanos es alarmante, ya que aproximadamente el 60% de ellos se encuentra en situación irregular. Esto es, en parte, consecuencia de la falta de documentación adecuada, ya que muchos no han podido regularizar su estatus debido a la ausencia de relaciones diplomáticas entre Ecuador y Venezuela. A pesar de estos obstáculos, es importante destacar que una parte significativa de la población venezolana ha logrado regularizar su situación migratoria gracias a un nuevo proceso implementado por el gobierno ecuatoriano. Entre mayo de 2024 y enero de 2025, cerca de 30.000 personas lograron obtener el estatus migratorio adecuado.
Además, el aumento en las solicitudes de refugio en Ecuador, que se incrementó un 35% en 2024, es un testamento del creciente número de ciudadanos colombianos y venezolanos que buscan seguridad en un entorno cada vez más violento. Las razones detrás de este aumento son muchas, incluyendo desplazamientos forzados y situaciones de violencia tanto en su país de origen como en territorio ecuatoriano. Ecuador ha estado lidiando con un incremento de la violencia y el crimen organizado, lo que no solo afecta a los migrantes, sino también a la población local, generando un clima de inseguridad que complica aún más la situación de los refugiados.
El contexto de violencia en Ecuador ha llevado a Acnur a emitir una advertencia sobre el futuro de la protección de estas personas. Con el 60% de la población desplazada globalmente permaneciendo en sus propios países, la situación en América, particularmente en Ecuador, es crítica. El informe señala que la delincuencia y la inseguridad son las principales causas del desplazamiento interno, con Colombia siendo el país más afectado con cerca de 7 millones de desplazados internos. El escenario de violencia no solo crea un escenario hostil, sino que también se traduce en una crisis humanitaria que exige atención tanto a nivel local como internacional.
El financiamiento para enfrentar esta crisis humanitaria es otro tema preocupante. A pesar de que el número de desplazados ha aumentado de manera alarmante, el apoyo financiero a organismos como Acnur ha permanecido estático desde 2015. Esta falta de financiamiento ha obligado a Acnur a reducir sus actividades en áreas vitales, incluyendo salud, asesoría legal y asistencia básica. En el caso de Ecuador, la operación de Acnur solo está financiada en un 17%, lo que claramente representa un nivel crítico de subfinanciamiento que pone en riesgo a los migrantes y a las comunidades que intentan ayudarlos.
La advertencia de Acnur sobre la crisis de financiamiento es clara: la falta de recursos amenaza con revertir los avances logrados en la integración y protección de las personas desplazadas. Esto no solo pone en riesgo a los migrantes que huyen de situaciones desesperadas, sino que también afecta a las comunidades receptoras, que a menudo carecen de los recursos para proporcionar apoyo adecuado. La magnitud del desplazamiento forzado en Ecuador y América Latina resalta la necesidad de un enfoque coordinado y urgentemente necesario para abordar esta crisis humanitaria.
En conclusión, la crisis de los migrantes venezolanos en Ecuador es un problema multidimensional que requiere atención inmediata tanto a nivel local como internacional. A medida que el número de refugiados y migrantes continúa creciendo, es crucial que se establezcan mecanismos efectivos para abordar la situación de irregularidad, la violencia y la falta de financiamiento. Solo a través de un esfuerzo conjunto se podrá garantizar la seguridad y el bienestar de aquellos que buscan un futuro mejor en medio de la incertidumbre y el riesgo.