José Manuel Olivares: La Expulsión y sus Repercusiones en Primero Justicia
En un giro significativo dentro de la política venezolana, José Manuel Olivares fue expulsado del partido opositor Primero Justicia (PJ) el pasado lunes tras participar en la convocatoria electoral promovida por el régimen de Nicolás Maduro para el 25 de mayo. Esta decisión marca un hito en la dinámica del partido y su postura ante el actual contexto político, reflejando tensiones internas y diferencias sobre cómo enfrentar el régimen en el poder. La expulsión estuvo motivada por el desacato del acuerdo del Comité Político Nacional de PJ.
La reacción de Olivares a su expulsión fue reveladora. En un mensaje publicado a través de sus redes sociales, expresó: “Como ya es costumbre no se discute, solo mandan y deciden muy pocos”. Con esto, dejó entrever un sentimiento de frustración hacia la forma en que se toman decisiones dentro del partido. Además, mostró su afecto hacia los miembros que permanecen en PJ y compartieron su visión de lucha, lo cual añade una capa emotiva a la situación política.
Primero Justicia fundamentó la expulsión en el comportamiento de Olivares en redes sociales, donde promovía candidaturas de otras organizaciones políticas y supuestamente intentaba debilitar las bases del partido en Vargas (La Guaira). Este enfoque indica una clara postura de PJ en cuanto a la lealtad y la cohesión interna, buscando mantener una estrategia unificada frente a la contienda electoral.
La expulsión de Olivares no es un caso aislado; se enmarca en una serie de decisiones recientes tomadas por el partido, que incluyen la expulsión de figuras prominentes como Henrique Capriles y Tomás Guanipa. Estos dirigentes también decidieron participar en las elecciones del 25 de mayo, desafiando la dirección establecida por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), que aboga por no participar en elecciones mientras no se respeten los resultados de comicios previos.
El liderazgo de PJ, representado por figuras como Edmundo González Urrutia y María Corina Machado, ha sido claro en su dirección: la participación en elecciones organizadas por el régimen es vista como una desviación del mandato popular emitido en las primarias. Este acto de disciplina interna y reafirmación de su estrategia electoral pone de relieve el compromiso de PJ con lo que considera una lucha legítima por la democracia en Venezuela.
La situación actual de Primero Justicia es un reflejo de la complejidad de la política opositora en el país. Las tensiones por distintas visiones estratégicas no solo pueden afectar a los partidos, sino también a la percepción de la oposición en general. La expulsión de miembros estelares plantea interrogantes importantes sobre el futuro del partido y su capacidad para hacer frente a la represión del régimen de Nicolás Maduro.
Finalmente, esta expulsión y las tensiones internas en PJ resaltan un aspecto fundamental: la necesidad de unidad en la oposición venezolana. Con un régimen que ha mantenido su control, el dilema entre participar o no en elecciones se vuelve cada vez más crítico. Mientras algunos ven la posibilidad de un cambio a través de la participación electoral, otros argumentan por una resistencia que no legitime al régimen. En este contexto, el futuro de la oposición y su estrategia se tornan más relevantes que nunca en la lucha por la democracia en Venezuela.