La Larga Detención de Nélida Sánchez: Un Llamado a la Justicia
Nélida Sánchez, coordinadora de formación de la ONG Súmate, ha sido privada de su libertad durante 300 días, lo que ha llevado a la organización a exigir su liberación. Según Súmate, durante este tiempo se han vulnerado todos sus derechos. El 21 de junio marcó este trágico aniversario, y la ONG utilizó su plataforma en redes sociales para hacer eco de la situación, resaltando que la activista ha estado en condiciones que ponen en riesgo su integridad física y mental.
Sánchez fue detenida el 26 de agosto de 2024, cuando funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) la arrestaron sin una orden judicial en el Hospital Victorino Santaella, en el estado Miranda. La ONG ha argumentado que su detención fue parte de un plan orquestado por sus captores, quienes utilizaron una falsa gravedad de un familiar como pretexto para su arresto. Esto ha llevado a cuestionar la legalidad de su detención y el respeto por los derechos humanos en el país.
Hasta la fecha, el Tribunal Tercero de Control autorizó su pase a juicio en noviembre de 2024, sin embargo, aún no se ha fijado una fecha para el inicio de este proceso. Las acusaciones en contra de Nélida Sánchez incluyen presuntos delitos de terrorismo y traición a la patria, lo que evidencia el clima de persecución política que se ha intensificado en Venezuela tras las elecciones de 2023, donde la oposición denunció irregularidades y fraude.
La situación de Sánchez es emblemática del deterioro de la democracia en Venezuela. Luego de la controvertida reelección de Nicolás Maduro, la mayor coalición opositora alertó sobre un aumento en la represión y persecución de activistas y líderes opositores. Este contexto ha hecho que muchas voces en el país sean silenciadas, agravando la crisis política y humanitaria en el que se encuentra la nación.
En este sentido, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) intervino en septiembre de 2024, otorgando medidas cautelares a favor de Nélida. Esta acción resalta la gravedad del caso y el riesgo de daño irreversible a sus derechos humanos, lo que hace imperativa una respuesta internacional y local que demande su liberación inmediata.
La prolongada detención de Nélida Sánchez es un recordatorio doloroso de las luchas que enfrentan muchas personas en Venezuela y la necesidad urgente de restaurar el respeto a los derechos humanos y la justicia. La comunidad internacional y la sociedad civil deben trabajar juntos para visibilizar estos casos y abogar por un cambio que asegure que tales injusticias no se sigan repitiendo.