Confirmación de Condenas a Policías por Abuso de Autoridad en Yaracuy
La Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela ratificó las condenas de dos funcionarios policiales imputados por el abuso de autoridad tras violentar a un chofer en una estación de servicio. Este caso, que ha generado gran controversia, reitera la importancia de la protección de los derechos humanos en el ámbito policial. La sentencia, redactada por la magistrada Carmen Marisela Castro, y firmada por sus colegas Elsa Gómez y Maikel Moreno, refuerza la posición del sistema judicial contra el uso desmedido de la fuerza por parte de los cuerpos policiales.
Los hechos ocurrieron el 30 de mayo de 2020, en Chivacoa, estado Yaracuy. Wilmer José Acosta Heredia, un chofer que esperaba en la cola para surtir gasolina, sufrió un ataque violento por parte de agentes de la policía local. Acosta llegó temprano a la estación de servicio La Maracaibo para abastecer una camioneta cargada de aguacates. Después de más de ocho horas de espera, pidió ayuda a una funcionaria municipal para obtener combustible, quien, en lugar de ayudarlo, ordenó su detención bajo el pretexto de que no había disponibilidad para los productores.
José Julián Mendoza Leal, uno de los agentes implicados, respondió a la orden de la funcionaria, esposando a Acosta y llevándolo al retén policial. Allí sufrió un trato cruel y degradante, en el que, tras ser despojado de las esposas, fue golpeado con un palo grueso en las nalgas y muslos. Estos hechos, que resultaron en graves lesiones, son descritos con detalle en la sentencia del TSJ, que subraya la gravedad de la violencia ejercida.
A pesar de los vejámenes sufridos, la tortura no cesó hasta que llegó el comisionado Ovidio Crespo, director del Centro de Coordinación Policial Bruzual, quien ordenó la liberación de Acosta. Esto pone de manifiesto no solo la responsabilidad individual de los funcionarios involucrados, sino también la ausencia de un protocolo adecuado que proteja a los ciudadanos en situaciones de abuso. Después de las denuncias, los agentes fueron detenidos y enfrentaron cargos por trato cruel y privación ilegítima de la libertad, agravados por el abuso de su autoridad.
El juicio, que se llevó a cabo entre el 20 de julio de 2021 y el 7 de junio de 2024, concluyó con la condena de Mendoza y su compañero, Henderson Javier Villegas Rodríguez. Mendoza fue sentenciado a 20 años de prisión, mientras que Villegas recibió 18 años. Estas sentencias fueron confirmadas por la Corte de Apelaciones de Yaracuy, reafirmando el compromiso del sistema judicial con la justicia y el respeto por los derechos humanos.
Los abogados de los funcionarios condenados no tardaron en presentar sus apelaciones, argumentando que durante el juicio se desestimaron pruebas y testimonios relevantes. Sin embargo, los magistrados de la Sala Penal consideraron que las denuncias carecían de la claridad y precisión necesarias para anular las condenas. Esta decisión subraya la importancia de la valoración objetiva de las pruebas en el proceso judicial, así como la determinación del TSJ de hacer frente a cualquier abuso institucional.
Este caso, además de destacar las violaciones a los derechos humanos en el contexto de la vigilancia policial, sirve como un importante recordatorio de la necesidad de reformas en los cuerpos de seguridad pública. Los acontecimientos en Chivacoa reflejan un patrón preocupante de abuso y desatención hacia las denuncias de violencia. La ratificación de estas condenas por parte del TSJ podría ser un paso vital hacia la restauración de la confianza ciudadana en las instituciones encargadas de velar por la seguridad pública y el respeto a los derechos fundamentales en Venezuela.