La lucha por la justicia en Venezuela: la denuncia de Andreina Baduel
En un contexto de creciente represión y violaciones a los derechos humanos en Venezuela, Andreina Baduel, miembro destacado del Comité de Familiares de Presos Políticos, ha alzado su voz. El 8 de mayo, a través de su cuenta en X, compartió una alarmante experiencia. Al regresar a su hogar tras participar en la "Ruta Global Por La Justicia", un movimiento pacífico que busca respuestas del Estado sobre los presos políticos, se encontró con la intimidación de cuerpos de seguridad no identificados. Este incidente resalta no solo la situación de su familia, que ha padecido en carne propia la brutalidad del régimen, sino también la lucha cotidiana de muchas familias venezolanass que claman por justicia.
Los detalles de lo que vivió Baduel son preocupantes. Según su relato, varios individuos en motocicletas y camionetas sin placas se presentaron frente a su vivienda, tomando fotografías y manipulando las rejas de su hogar. Al ser confrontados por ella, estos individuos se dispersaron sin ofrecer justificaciones. Este acto no solo es una manifestación de acoso, sino que también se enmarca en un patrón de criminalización y persecución contra aquellos que alzan la voz en defensa de los derechos humanos. La activista apunta hacia la reciente cobertura mediática en un programa oficialista, “Con el Mazo Dando”, donde se ha fomentado la persecución de líderes sociales y políticos.
Además del acoso físico, Baduel denunció una campaña de miedo que se ha intensificado en los últimos meses. Mencionó una citación que recibió el 16 de diciembre por una supuesta investigación sobre las líneas telefónicas del Comité, un hecho que califica como parte de un esfuerzo sistemático para intimidar y silenciar a quienes se oponen al régimen. Este clima de miedo es una táctica común utilizada por los regímenes autoritarios para desincentivar la protesta y mantener el control sobre la población.
El testimonio de Baduel está profundamente marcado por la historia familiar de sufrimiento y pérdida. Recordó la trágica muerte de su padre, Raúl Isaías Baduel, bajo custodia del Estado debido a la falta de atención médica, un hecho que habla de la deshumanización sistemática presente en las cárceles venezolanas. Su hermano, Josnars Baduel, actualmente detenido en el penal Rodeo I, también es víctima de la crueldad del régimen, ya que enfrenta condiciones inhumanas, incluyendo aislamiento y carencia de atención médica adecuada.
A través de su valiente denuncia, Andreina Baduel se convierte en un símbolo de esperanza y resistencia para muchos venezolanos que enfrentan la adversidad. Su llamado a la justicia no solo es personal, sino que representa la lucha de cientos de familias que exigen un cambio. La visibilidad que ha logrado con su testimonio es fundamental para generar conciencia tanto a nivel nacional como internacional sobre el estado de los derechos humanos en Venezuela.
En conclusión, la situación de los presos políticos en Venezuela es crítica y merece una atención urgente. El testimonio de Andreina Baduel es una llamada a la reflexión sobre el costo de la lucha por los derechos y la justicia en un país donde la represión se ha vuelto norma. La "Ruta Global Por La Justicia" y actos similares son esenciales para mantener viva la llama de la esperanza y el cambio. Es imperativo que la comunidad internacional no cierre los ojos ante las injusticias cometidas y que la voz de aquellos que sufren sea escuchada y atendida.













