La represión política en Venezuela: un ciclo de detenciones y exigencias de libertad
La situación política en Venezuela se encuentra en un estado crítico, marcado por la represión y la persecución de opositores al régimen de Nicolás Maduro. La reciente entrevista a María Laura Márquez, sobrina de Dignora Hernández, exdiputada suplente detenida, expone las dificultades que enfrentan los familiares de los presos políticos en este contexto. Durante la charla en La Mañana de NTN24, Márquez destacó la esperanza que representa la liberación de algunos detenidos, aunque enfatizó que las cifras siguen aumentando, lo que sugiere un ciclo interminable de detenciones.
María Laura enfatizó que, a pesar de las liberaciones, el clima de incertidumbre y temor persiste en la sociedad venezolana. “Es un alivio ver que algunos están siendo excarcelados, pero debemos recordar que las detenciones siguen ocurriendo”, señaló. Este fenómeno se describe como una “puerta giratoria”, ya que nuevas detenciones políticas aparecen continuamente, lo que hace difícil vislumbrar un cambio positivo en la situación.
La complejidad de la situación de los presos políticos es alarmante. Aunque algunas personas han recuperado su libertad, la realidad es que muchos siguen detrás de las rejas. “Lo que exigimos no es un favor, sino el respeto a los derechos de todos”, declaró Márquez, subrayando la desesperación de las familias que no pueden cesar su llamado a la libertad de sus seres queridos. En este sentido, la presión internacional y la visibilidad del caso de los presos políticos son factores cruciales para impulsar mejoras.
Un aspecto que resalta en la conversación es la situación de las mujeres detenidas. “El régimen no ha liberado a ninguna de las mujeres que están detenidas”, lamentó. Esta falta de acción señala una vez más la desigualdad en el tratamiento de los opositores políticos y la necesidad de mayor atención a la situación de las mujeres en la prisión política. Las familias, al igual que María Laura, se encuentran en un constante estado de angustia, esperando noticias de liberaciones que no se concretan.
En cuanto a la salud de los detenidos, el caso de la dirigente de Vente Venezuela, quien fue arrestada meses antes de las elecciones, es particularmente preocupante. Márquez mencionó que, aunque su salud ha mostrado signos de estabilización, sigue necesitando atención médica adecuada. “Los tratamientos actuales solo calman los síntomas, pero no abordan el problema de fondo”, advirtió. Este estado de descuido médico es común entre los prisioneros políticos y refleja una grave violación de sus derechos humanos.
Finalmente, la propia María Laura se vio obligada a abandonar Venezuela debido a las amenazas y la persecución que enfrentó. “Tuve que salir por razones de seguridad”, confesó, llevando su mensaje al extranjero para denunciar la crítica situación que vive el país. Esta experiencia ilustra los altos costos que enfrentan aquellos que se levantan contra la opresión, resaltando la urgencia de un cambio en la narrativa política venezolana y el compromiso global para apoyar la lucha por la libertad y la justicia.
La situación en Venezuela es desesperante, pero la voz de los que luchan sigue siendo un faro de esperanza. La comunidad internacional debe mantenerse alerta y activa en la defensa de los derechos humanos en el país. Solo así se podrá romper el ciclo de represión y construir un entorno donde la libertad sea un derecho garantizado para todos.













