Gabriel Jiménez Emán: Un Faro Literario en el Día Internacional del Libro
El 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro y el Día del Idioma, y en este contexto, es un buen momento para reflexionar sobre el impacto de la literatura en nuestra sociedad. Un prominente escritor venezolano, Gabriel Jiménez Emán, destaca por su capacidad para llevar al lector a narraciones imposibles y a baladas místicas. Con obras notables como Los dientes de Raquel (1973), Relatos de otro mundo (1987) y Solarium y otros poemas (2015), Jiménez Emán se ha consolidado como un ícono de la literatura en su país. Su visión sobre el libro y su significado en el mundo contemporáneo merece ser compartida y apreciada.
Para Jiménez Emán, el libro es un “objeto complejo”, donde el lenguaje escrito se manifiesta con libertad y se convierte en el vehículo de pensamiento, sensibilidad e imaginación. Define el libro como un espacio en el cual se cifra y se descifra el mundo, lo que evidencia la relevancia que tiene este objeto en la transmisión de ideas y emociones. Esta visión resalta el papel fundamental que la literatura juega en el desarrollo cultural, un aspecto que ha sido crucial en un país como Venezuela, en donde, a pesar de los desafíos económicos, las editoriales siguen publicando y se celebran ferias literarias.
La lectura, según el autor, permite un contacto sensible e intelectual con lo que nos rodea y también con lo que no es visible. A través de los libros, los lectores emprenden un diálogo tanto con lo que creen conocer como con lo desconocido, ampliando así su visión del mundo. En su reflexión, enfatiza que las revistas y otros formatos literarios deben ser preservados y valorados, ya que son transmisores de cultura que enriquecen el acervo colectivo. La pasión por la lectura se convierte en un acto de resistencia cultural que debe ser fomentado a pesar de las dificultades.
Además, Jiménez Emán aborda la coexistencia del libro digital y físico. Considera que, lejos de ser una amenaza, hay una complementación entre ambos formatos. El libro impreso estimula el sentido del tacto y permite una conexión más íntima entre el lector y el texto. Esta perspectiva invita a los amantes de la lectura a apreciar cada formato, comprendiendo que cada uno ofrece una experiencia única.
En su análisis de la literatura, no puede dejar de mencionar a Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes, considerándola como la mejor novela del barroco español del siglo XVII. Refiriéndose a ella, señala cómo la novela es un apoteosis de la imaginación, un espacio donde la mente puede liberarse de las convenciones del pensamiento cartesiano. Esta obra emblemática, en su complejidad y riqueza, ejemplifica el poder de la narrativa y su capacidad para desafiar las ideas preconcebidas.
Para fomentar la lectura y apoyar a autores venezolanos, Jiménez Emán ofrece una lista de recomendaciones literarias que abarca distintos géneros. Entre las novelas, destaca País Portátil de Adriano González León y Memorias de Altagracia de Salvador Garmendia. En cuento, sugiere La tuna de oro de Julio Garmendia y Cuentos Grotescos de José Rafael Pocaterra. En el ámbito del ensayo, resalta Comprensión de Venezuela de Mariano Picón Salas y Ensayos temporales de Ludovico Silva. Finalmente, en poesía, menciona Los poemas perseverantes de Arvelo Larriva Enriqueta y Paisano de Ramón Palomares. Esta selección es un homenaje a la riqueza de la literatura venezolana y una invitación a explorar sus múltiples dimensiones.
El legado de Gabriel Jiménez Emán y su reflexión sobre el concepto del libro son un recordatorio de la importancia de la literatura en la construcción de una identidad cultural. En un mundo en constante cambio, donde las formas de comunicación evolucionan, la literatura permanecerá como un pilar que alimenta nuestro espíritu y creatividad. En este Día Internacional del Libro, celebremos la obra de escritores como Jiménez Emán y reafirmemos nuestro compromiso con la lectura y el fomento de la cultura. La literatura nos une, nos desafía y nos invita a soñar.













