Jackson Gutiérrez: Un Pionero del Cine Guerrilla en Venezuela
Jackson Gutiérrez es una figura emblemática en el cine venezolano, conocido por su prodigiosa producción cinematográfica que abarca 16 películas en un lapso de 21 años. Su carrera despegó con el éxito rotundo de su primera película, "Azotes de barrio" (2013), la cual capturó la atención de críticos, público y el mercado alternativo. Este film resonó particularmente en Petare, donde las ventas de DVDs coparon el mercado a través de los “quemaítos”, antes de que el auge de las plataformas de streaming cambiará el panorama.
A través de su obra, Gutiérrez ha forjado un movimiento conocido como "cine guerrilla", un estilo que conecta profundamente con el lenguaje de la calle. Sus películas, aunque sencillas, son poderosas y a menudo narran historias del barrio con desenlaces trágicos, recordando la esencia de trabajos como los de Clemente de la Cerda. Este enfoque le ha permitido a Gutiérrez no solo hablar de la vida en las zonas vulnerables de Caracas, sino también explorar temas universales a través de sus tramas y personajes.
Recientemente, Gutiérrez ha vuelto a la pantalla grande con su película más reciente, "Las dos caras", que se proyecta en 28 salas del país. Esta obra se adentra en las complejidades de las relaciones humanas, particularmente en contextos de violencia y marginalidad. A pesar de su atmósfera sombría, la película también se enfoca en la autosuperación personal, mostrando cómo los personajes enfrentan adversidades extremas, algo que Gutiérrez considera esencial para el desarrollo de la narrativa.
El director destaca en "Las dos caras" la historia de un padrastro que maltrata a su hijastro, introduciendo el deporte como una vía de escape y esperanza. Gutiérrez explica que la película aborda la noción de familia y cómo, a pesar de las adversidades, los jóvenes pueden encontrar apoyo en circunstancias inesperadas. “La única mano amiga que consigue es el pran del barrio”, dice, subrayando que el mensaje central es evitar que estos jóvenes se pierdan en un entorno desgastante.
Gutiérrez ha paseado por varios formatos y estilos a lo largo de su carrera. De hecho, ha transitado de ser un cineasta que hace “cine guerrilla” a un aprendiz práctico en el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (Cnac), donde ha tenido la oportunidad de moverse entre las producciones cinematográficas nacionales. Este proceso de aprendizaje ha sido fundamental en su evolución como director y narrador.
No se detiene en su labor cinematográfica; Jackson Gutiérrez ha fundado su propia escuela de formación para jóvenes cineastas, la cual se encuentra activa en Jackson Gutiérrez en YouTube. Además, ha establecido una plataforma de streaming, jacksonfilmsvip.com, donde promueve el cine nacional emergente. Su dedicación al desarrollo del cine en Venezuela y la educación de nuevas generaciones de cineastas refleja un compromiso profundo con el futuro del séptimo arte en el país.
Con su trabajo, Gutiérrez ha demostrado que el cine puede ser una poderosa herramienta para visibilizar los problemas sociales y, al mismo tiempo, ofrecer esperanza y oportunidades a las nuevas generaciones. Su enfoque auténtico y su pasión por contar historias de la realidad venezolana lo han consolidado como un icono del cine local, capaz de crear conexión y reflexión en el público. Como resultado, su legado perdura mientras sigue desafiando y reinventando el futuro del cine en Venezuela.