Homenaje del OEA al Papa Francisco: Un Legado de Paz y Diálogo
En un emotivo acto, la Organización de los Estados Americanos (OEA) rindió homenaje al papa Francisco por su trascendental legado como líder del Estado Vaticano. Durante una sesión ordinaria del consejo permanente, la mayoría de los países miembros expresaron su compromiso con los valores que él promovió. El embajador argentino ante la OEA, Carlos Bernardo, destacó que el mejor homenaje posible es custodiar el mensaje del papa, un llamado a la acción que busca despertar a la humanidad de su letargo y abogar por la dignidad humana frente a las ambiciones desmedidas.
Para rendir tributo a Jorge Bergoglio, se invitó al rabino Abraham Skorka, rector emérito del Seminario Rabínico Latinoamericano, y al Imam Marwan Gill, presidente de la Comunidad Musulmana Ahmadía en Argentina. Ambos intervinieron para recordar la importancia del diálogo interreligioso, una de las grandes contribuciones de Francisco. El rabino Skorka resaltó su amistad con el papa y la visión compartida de que el diálogo auténtico necesita empatía y valentía para afrontar los temas más difíciles.
El Imam Gill también resaltó el coraje del papa Francisco para abordar conflictos delicados y su incansable súplica por la paz. Su agradecimiento fue rotundo, reconociendo que el Islam enseña que para mantener vivo el recuerdo de alguien, es necesario continuar sus enseñanzas y virtudes. La lucha del papa por la paz y la salud de la vida humana fue un tema recurrente en las intervenciones de los representantes de la OEA, quienes instaron a seguir sus pasos.
Diversos embajadores, como el de Bolivia, Héctor Arce, enfatizaron la responsabilidad colectiva de los Estados miembros para seguir promoviendo los valores que el papa defendía. Arce argumentó que el legado más importante de Francisco es su lucha constante contra los discursos de odio y venganza que hoy en día son comunes. Este reconocimiento va más allá de la figura del papa, invitando a la comunidad internacional a unir esfuerzos en favor de la paz y la libertad.
La ceremonia ocurrió poco después del fallecimiento del papa Francisco, el 21 de abril, tras haber enfrentado problemas respiratorios que lo mantuvieron internado durante 38 días. Este homenaje coincide con el inicio de un nuevo cónclave en la Capilla Sixtina, donde 133 cardenales se embarcarán en la tarea de elegir a su sucesor. El impacto del papa Francisco se siente profundamente en los corazones de muchos, y su ausencia representa un vacío difícil de llenar.
El homenaje de la OEA al papa Francisco no solo refleja un reconocimiento a su persona, sino que también actúa como un llamado a la acción para todos los países miembros. Su legado de paz, empatía y diálogo interreligioso sigue siendo una luz que guía las acciones de naciones en busca de un mundo mejor. Es fundamental que la comunidad internacional continúe trabajando por los ideales que él defendió, en un esfuerzo conjunto para combatir la injusticia y fomentar la cooperación entre diferentes culturas y religiones.













