Visitar a presos políticos: La difícil situación de una familia en Táchira
Trasladarse de Táchira a Caracas para visitar a un preso político se ha convertido en un desafío económico y emocional para muchas familias en Venezuela. En el caso de Jackson Vera, un dirigente regional que lleva tres años recluido en El Helicoide, su familia enfrenta gastos que oscilan entre 300 y 400 dólares por cada visita. Esta situación refleja la angustia de quienes desean mantener el contacto con sus seres queridos en circunstancias adversas.
La madre de Jackson, Alejandra Vera, describe cómo cada visita implica una considerable carga económica. “Hay que tener disponible como 400 dólares”, asegura, enfatizando la dificultad de reunir esa cantidad. Su hermana, Fabiana, también comparte la experiencia de viajar a la capital cada cinco semanas cargando alimentos y otros productos para su hermano. “En cada viaje siempre se gasta en pasajes, traslados, comidas y paqueterías que se le lleva a él”, explica, señalando que el costo promedio por visita es de unos 300 dólares.
La situación es aún más crítica debido a las condiciones de salud de la abuela de Jackson, quien tiene 89 años. Para que pueda visitarlo, la familia ha buscado la opción de un viaje aéreo, ya que la movilidad terrestre es complicada. Sin embargo, este deseo se ha visto limitado por la continua carga financiera que han enfrentado durante tres años. “No hemos podido lograr esa cantidad de dinero”, lamenta Fabiana, quien se siente desgastada emocionalmente por la situación prolongada.
Además de los retos financieros, la angustia emocional se suma a la preocupación por las condiciones de vida de Jackson en la prisión. Alejandra expresa su tristeza al pensar en su hijo, a quien le gustaría alimentarlo y compartir momentos juntos. “A veces me siento a comer lo que a él le gusta y empiezo a llorar”, confiesa, reflejando la dolorosa separación y la desigualdad en la alimentación que sufren. Para la familia Vera, cada visita no solo es una cuestión de dinero, sino de amor y apoyo en tiempos difíciles.
La lucha por la libertad de Jackson Vera se ha convertido en una batalla diaria para sus seres queridos. A lo largo de estos tres años, han organizado actividades y solicitado ayuda a amigos y conocidos para hacer frente a los costos de las visitas. La necesidad de apoyo para trasladar a la abuela se ha convertido en una prioridad, especialmente con la esperanza de que pueda celebrar el cumpleaños de Jackson junto a él el próximo 2 de septiembre.
En conclusión, la experiencia de la familia Vera es un reflejo de la difícil realidad que enfrentan muchas personas en Venezuela al intentar mantener el contacto con sus seres queridos presos políticos. La carga emocional y económica es inmensa, y la lucha por la libertad y la dignidad continúa. La solidaridad y el apoyo de la comunidad son fundamentales para ayudar a estas familias a sobrellevar la difícil carga que enfrentan en su búsqueda por justicia y libertad.













