Condena de 30 Años a Javier Antonio Cabrita Márquez por Abuso Sexual en Zulia: Un Caso de Violencia contra la Mujer
El Tribunal Primero de Juicio en materia de Delitos de Violencia contra la Mujer del estado Zulia ha dictado una condena histórica de 30 años de prisión contra Javier Antonio Cabrita Márquez. Este fallo se produce después de que se le encontrara culpable de abusar sexualmente de su sobrina de apenas 12 años. La sentencia, que subraya la gravedad de la violencia de género en la región, resalta la necesidad de un sistema judicial firme que proteja a las víctimas de este tipo de delitos.
Los hechos ocurrieron en la vivienda de Ana Espina, tía de la menor, situada en la calle 7 de Maracaibo. A menudo, la niña se quedaba en casa de su tía cuando su madre salía a trabajar. En este ambiente, la menor se convirtió en víctima de las acciones depredadoras de su tío, quien la acosó sexualmente mientras ella dormía. La menor, temiendo que su tía no la creyera, no se atrevió a contarle lo sucedido inmediatamente. En lugar de eso, intentó alejarse de la situación pidiendo a su tía que la llevara a vivir con su padre en Isla de Toas. Sin embargo, Javier Cabrita no se detuvo y continuó atacándola en la casa de los abuelos de la niña.
El descubrimiento del abuso fue facilitado el 29 de julio de 2023, cuando la víctima finalmente decidió compartir su experiencia con su padre. Este, tras escuchar la desgarradora historia de su hija, no dudó en informar a la madre de la niña sobre el comportamiento inapropiado de Javier Cabrita. El relato detallado de la menor dejó en evidencia la magnitud de la situación, lo que llevó a las autoridades a actuar de inmediato. La Fiscalía Trigésima Tercera del Ministerio Público del estado Zulia, representada por la abogada Jhocanna Martínez, inició una investigación que culminó con el juicio y la posterior condena.
La acusación se centró en el delito de Violencia Sexual Agravada Continuada, el cual ahora es conocido legalmente como "Violencia Sexual". Según el abogado defensor de la víctima, José Vicente Faría, este delito incluye cualquier actuación que fuerce a una persona a participar en actos sexuales no consentidos, algo que se corroboró en el caso de la menor. Es fundamental destacar que la violencia fue continuada, ya que Javier Cabrita realizó estos actos en múltiples ocasiones, lo que empeoró la situación para la víctima y generó un clima de miedo y angustia.
El juicio se inició en abril de este año y culminó el 10 de junio, marcando un importante paso en la lucha contra la violencia de género en el país. Durante este proceso, la representación legal se centró en presentar pruebas y testimonios que respaldaran la versión de la niña, enfatizando la importancia de escuchar y creer a las víctimas en estos casos. Las leyes aplicadas, que incluyen la Ley Orgánica sobre el Derecho de la Mujer a una Vida Libre de Violencia y la Ley de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, brindaron el marco necesario para que se dictara una sentencia contundente.
Este caso pone de manifiesto la creciente conciencia sobre la violencia sexual en Venezuela y la necesidad de un sistema jurídico que actúe con rapidez y efectividad. A medida que aumentan las denuncias de violencia de género, es imperativo que las autoridades no solo escuchen, sino que también actúen contundentemente para proteger a las víctimas y sancionar a los perpetradores. La condena a Javier Antonio Cabrita es un claro mensaje a la sociedad de que tales actos son inaceptables y que hay repercusiones graves para quienes cometen delitos sexuales.
En conclusión, la condena a 30 años de prisión para Javier Antonio Cabrita Márquez representa un triunfo para la justicia y un paso hacia la erradicación de la violencia de género en Venezuela. Es fundamental seguir apoyando a las víctimas y promoviendo un entorno donde puedan hablar y recibir la justicia que merecen. La lucha contra la violencia sexual no está sola; requiere el compromiso de todos. Las comunidades, las familias y las instituciones deben unirse para crear un futuro más seguro para las generaciones venideras.
