Celebración de San Roque en La Quebrada: Una tradición religiosa profunda
La parroquia La Quebrada, situada en el municipio Urdaneta del estado Trujillo, vive una de las festividades religiosas más significativas de la región: la celebración en honor a San Roque, su santo patrono. Cada agosto, la comunidad se une en un sincero tributo a San Roque, agradeciendo su protección en momentos de salud y enfermedad, así como durante las cosechas y los viajes. Según el párroco Ángel Araujo, la devoción hacia este santo no solo es fuerte en Trujillo, sino que se considera la mayor del país, destacando que La Quebrada alberga una reliquia de primer grado del santo.
San Roque, un santo italiano del siglo XIII, es conocido por ser uno de los patronos de los peregrinos en su camino, junto a San Gabriel y San Cristóbal. Lo interesante de la llegada de San Roque a La Quebrada es su origen accidental; originalmente la imagen que buscaban llevar al pueblo era la del Santiago Apóstol, pero al destapar el paquete se dieron cuenta de que era la imagen de San Roque. Según la tradición, la estatua se volvió pesada al intentar trasladarla, como si el santo hubiera elegido quedarse en este pueblo, dando origen a una devoción que perdura hasta hoy.
Los quebradeños sienten un lazo especial con San Roque, identificándose con su humildad y compromiso hacia los necesitados. Este amor se manifiesta en las actividades culturales y religiosas que acompañan la celebración, que incluye una novena, el rosario de la aurora, la santa eucaristía y un vibrante desfile de carrozas. La festividad también se complementa con espectáculos de fuegos artificiales y otras actividades culturales que fortalecen el sentido de comunidad y fe de los participantes, llenando las calles de La Quebrada de alegría y fervor.
El día central de la festividad se inicia con un repique de campanas, música y fuegos artificiales, culminando en una solemne procesión que recorre las calles del pueblo. Con el tiempo, la celebración ha adaptado la forma en que se presenta la imagen de San Roque; en vez de recorrer los campos como en el pasado, ahora es la reliquia la que visitan las comunidades para preservar su integridad. Esto no ha hecho más que aumentar la devoción hacia San Roque, con cada vez más jóvenes involucrándose en grupos de apostolado dedicados a difundir su legado.
Un aspecto notable de la celebración de San Roque es que este día es considerado sagrado en La Quebrada. La gente deja de trabajar y se reúnen en la iglesia para dar gracias y buscar favores del santo. Esta tradición no se limita a La Quebrada, extendiéndose también a la comunidad de El Horno en la parroquia La Mesa de Esnujaque y al municipio de San Jacinto de Polonia, donde San Roque es copatrono. Para los quebradeños, esta festividad se siente como una celebración de vida y fe que conecta generaciones, evidenciando una espiritualidad que se transmite de padres a hijos.
La religiosidad de La Quebrada también se ha manifestado en tiempos difíciles, como durante la pandemia de COVID-19. En esos momentos de incertidumbre, los feligreses se encomendaban a San Roque, quien es considerado patrono contra las enfermedades y pestes. El padre Araujo recuerda cómo la comunidad ofreció rosas al santo, prometiendo un tributo en agradecimiento si lograban superar la crisis. Mirando hacia atrás, se dieron cuenta de que, tras la consagración, el pueblo experimentó una baja significativa en los casos de COVID-19, considerándolo un milagro.
La festividad de San Roque no solo es una tradición local, sino que refleja una profunda conexión entre la fe y la comunidad en La Quebrada. Esta celebración ha perdurado a lo largo del tiempo porque es mucho más que un evento; es un acto de gratitud, solidaridad y amor que sigue resonando en los corazones de sus habitantes. Así, la devoción hacia San Roque continúa siendo una parte integral de la vida en La Quebrada, un vínculo que une a la comunidad en la fe y la esperanza, trascendiendo generaciones.